Sus influencias primarias estuvieron en el folclor local y preferentemente en los grandes nombres de la Nueva Canción Chilena, encabezada por las composiciones de Violeta Parra y el canto de sus hijos Isabel y Ángel, además de unos jóvenes José Seves (que luego sería músico histórico de Inti-Illimani) y Anita Pradenas. Por entonces una Moroni adolescente y activa participaba en el nuevo circuito de peñas juveniles durante los ’80, en plena dictadura. Al comenzar los ’90 ingresó al estudio del canto formal con la maestra Inés Délano y ya en 1993 se mudó a la ciudad alemana de Hannover junto al músico Nelson Arriagada (bajista con experiencia en pop, rock, jazz y fusión, en grupos como De Kiruza, La Banda del Capitán Corneta, La Red y Repercusión).

En el transcurso de una década y con gran contacto con músicos de todas las latitudes se familiarizó con nuevas y modernas músicas, el jazz latino, el baile tropical y el jazz europeo electrónico, participando en agrupaciones latinoamericanas como Tierra y Cuento y también como colaboradora del grupo nu jazz Mo’Horizons, donde además tocaba el propio Arriagada. De regreso en Chile en 2003 apareció como lady crooner junto al cuarteto swing del trompetista Daniel Lencina y organizó pronto sus propios conjuntos de club con músicos como el maestro guitarrista Fernando Otárola o el baterista Daniel Rodríguez. Como solista ha editado los discos Fabiola Moroni (2002) y Navijazz, villancicos con Fabiola Moroni (2007).