Gabriel Reyes

El jazz contemporáneo, la raíz brasileña y otras variables de fusión latinoamericana han determinado los lenguajes de la fina guitarra de Gabriel Reyes, quien pertenece a una generación de solistas que aparecieron en la primera mitad de los años 2000: Cristóbal Menares, Nicolás Vera, Sebastián Prado, Armando Ulloa, Nicolás Yankovic o Gabriel Feller, con quien colideró un poderoso cuarteto post-bop a dos guitarras eléctricas. Su trabajo de creación de obras para ensamble de jazz moderno desembocó tiempo después, con el disco Trébol (2008), que Reyes editó con el sello Vértice Records.

Fechas

Santiago - 30 de junio de 1979

Región de origen

Metropolitana de Santiago

Décadas

2000 |2010 |

Géneros

Grupos

Gabriel Reyes

Iñigo Díaz

Fue alumno de una serie de imporantes guitarristas de los ’90: Paulo Paranhos, Pedro Rodríguez, Mauricio Rodríguez y, ya durante una tiempo más largo, Jorge Díaz. Desde 2001 integró el grupo de fusión Marcetribu, con quienes grabó el disco Curandera encantos (2005), pero su acción más personal estuvo dirigida hacia el circuito de clubes jazzísticos de la ciudad, con temporadas en El Perseguidor en 2004 y 2005, y con colaboraciones con el grupo El Gremio (Marcelo Aedo, Roberto Zamora), músicos-académicos de la Universidad Arcis, a la que Reyes se unió también como profesor.

Principalmente ha dirigido tríos de jazz con guitarra limpia en una tradición de Wes Montgomery, y ha seguido más tarde modelos contemporáneos como John Scofield, Kurt Rosenwinkel o Wayne Krantz. Siempre con el contrabajista Alonso Durán como lugarteniente, Reyes ha variado a sus bateristas entre Julio Denis, Nicolás Ríos, Leo Mandujano y Rodrigo Recabarren. En 2008 su trío se vigorizó con el ingreso del pianista de formación clásica Sergio Valenzuela y ya en formato de cuarteto lanzó el álbum Trébol.

En 2010, Gabriel Reyes inició en Nueva York un trabajo de perfeccionamiento en la School For Improvisational Music de Brooklyn, con músicos guía del jazz contemporáneo como Mike Moreno, Ralph Alessi, Jim Black y Greg Osby, entre otros, lo que le permitió acceder a nuevos planos del sonido e inexploradas dimensiones de la narrativa. De regreso en Chile, en 2011 reanudó su trabajo en esta línea, convocando a sus sidemen habituales y sumando nuevos timbres (el tenorista Claudio Rubio y el trompetista estadounidense Derek Bittner) al sexteto que lideró entonces para dar cuerpo a un nuevo repertorio, registrado luego en el disco Satori (2012).

Actualizado el 05 de octubre de 2020