Nelson Oliva

Nelson Oliva
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Baterista perteneciente a la órbita del Club de Jazz de Santiago, cuya multiplicidad le permitió aparecer como un recurrente y muy ocupado batería sin militancia estable. Su paso por agrupaciones como Nexus (con el saxofonista alto Patricio Ramírez) o en la resurrección del antiguo Swing and Company (con el guitarrista Federico Dannemann), además de sus permanentes apariciones como sideman al servicio de algún solista, lo llevaron a alcanzar un interesante potencial.

Ficha

Fechas

La Haya (Holanda) - 17 de septiembre de 1973

Décadas

1990 |2000 |2010 |2020 |

Géneros

Nelson Oliva

Baterista perteneciente a la órbita del Club de Jazz de Santiago, cuya multiplicidad le permitió aparecer como un recurrente y muy ocupado batería sin militancia estable. Su paso por agrupaciones como Nexus (con el saxofonista alto Patricio Ramírez) o en la resurrección del antiguo Swing and Company (con el guitarrista Federico Dannemann), además de sus permanentes apariciones como sideman al servicio de algún solista, lo llevaron a alcanzar un interesante potencial.

Iñigo Díaz

Quedó demostrado al promediar los 2000, cuando se integró a la Retaguardia Jazz Band (donde además debió incursionar en la percusión del washboard) como reemplazante de un Jorge Carvallo con una década en la batería de esta agrupación. Al interior de la banda, Oliva abrió sus posibilidades como intérprete hacia el jazz de Nueva Orleans, con lo que su operativa terminó por nutrirse de tres de los lenguajes troncales de la corriente principal en el jazz: bop, swing y clásico. Junto a la Retaguardia, llegó a tocar en los festivales de Marciac, en Francia (2009) y de Whitley Bay en Inglaterra (2010).

Fue músico ocasional del trompetista Daniel Lencina, el guitarrista Jorge Díaz, y de los cantantes Rodrigo González (para Bajo la piel, 2002), Cristina Gálvez (para Evocaciones, 2003) y Rossana Saavedra. En 2004 se lanzó a liderar jazztets, encabezando un cuarteto “pianoless” (sin piano como soporte armónico), con solistas como Cristián Gallardo (saxo alto) y Andrés Pérez (saxo tenor). Con ellos a la cabeza, en 2006 lanzó su primer álbum, titulado como la composición de Wayne Shorter, Fee-fi-fo-fum.

Dos años después regresó a la carga con un nuevo cuarteto con piano y jóvenes músicos de reparto: Franz Mesko (saxo tenor), Tomás Krumm (piano) y Pablo Vidal (contrabajo) y ya en 2009 siguió sus lecciones en Estados Unidos, en la Western Michigan University. Allí editó un segundo trabajo, titulado Mastermind (2012), junto a un sexteto de jóvenes músicos estadounidense entre quienes destacó el colíder, el tenorista Ben Schmidt-Swartz.

Como gestor cultural, durante la pandemia Oliva creó la serie de conversaciones "Historias de Jazz", donde se reunió telemáticamente con distintos actores del jazz chileno para recuperar la memoria individual y la memoria colectiva.

Actualizado el 05 de abril de 2021