Carlos Cabezas

Carlos Cabezas
Foto: Cristián Soto López

El trabajo de este cantante, guitarrista, compositor y productor ha trascendido la historia de la banda en la que se inició como músico, Electrodomésticos, y a la cual sigue vinculado hasta hoy, entre muchos trabajos paralelos. Carlos Cabezas ha sido un músico arriesgado, guía de una carrera marcada por giros sorpresivos. Sus creaciones profundas y atemporales son difíciles de clasificar, aunque caben siempre dentro de una corriente popular y acotada a los códigos de un rock amplio y adulto, que hasta ahora se ha canalizado tanto en discos propios, como en proyectos colectivos y por encargo.

Ficha

Fechas

Ovalle - 16 de febrero de 1955

Región de origen

Coquimbo

Décadas

1980 |1990 |2000 |2010 |2020 |

Géneros

Carlos Cabezas

El trabajo de este cantante, guitarrista, compositor y productor ha trascendido la historia de la banda en la que se inició como músico, Electrodomésticos, y a la cual sigue vinculado hasta hoy, entre muchos trabajos paralelos. Carlos Cabezas ha sido un músico arriesgado, guía de una carrera marcada por giros sorpresivos. Sus creaciones profundas y atemporales son difíciles de clasificar, aunque caben siempre dentro de una corriente popular y acotada a los códigos de un rock amplio y adulto, que hasta ahora se ha canalizado tanto en discos propios, como en proyectos colectivos y por encargo.

Marisol García

Estudios y viajes
Nació en la ciudad de Ovalle, y su vida laboral previa a la música fue de una interesante diversidad. Estudió unos años de ingeniería electrónica en la Universidad Técnica Federico Santa María de Valparaíso, pero abandonó los estudios para trabajar de cocinero y viajar por Bolivia. De regreso al país se desempeñó por nueve años como controlador de tránsito aéreo. Un viaje a Londres, en 1984, lo convenció de sus posibilidades para convertir su afición por la música en un asunto constante. «Durante mucho tiempo dudé, por esa tranca cultural de que se debe estudiar un instrumento. En Inglaterra vi cómo la música era una actividad natural», recuerda. A su regreso a Santiago, gastó 12.500 pesos en su primera guitarra.

Conoció al poco tiempo a Silvio Paredes, quien a su vez le presentó a Ernesto Medina. Con ellos, y sin mayores ambiciones profesionales, concretó su primer proyecto musical, el grupo Electrodomésticos. Seis años se ocupó en esa primera etapa junto a la banda, pionera en la combinación de códigos rock, técnicas como el sampleo, y el diseño audiovisual en vivo; todo lo cual alcanzó a quedar plasmado en dos discos antes de una primera disolución, a principios de 1992.

Poco antes del quiebre del grupo, Carlos Cabezas instaló en Santiago un estudio de grabación (Konstantinopla), en el cual comenzó a profesionalizar su experiencia técnica. Su primer trabajo de producción fue para el tema "Mapuche o español", parte del segundo disco solista de Jorge González (El futuro se fue, 1994), a quien también apoyó por esa época en algunas presentaciones en vivo. La publicidad y las bandas sonoras ocuparon a Cabezas hasta 1995, cuando el "Proyecto de Rock Nacional" emprendido por la filial chilena de EMI lo dejó a cargo de la producción de los discos debut de Pánico, Los Santos Dumont y Machuca, entre otros. La labor lo reencontró con los ritmos propios del estudio y Cabezas se tentó a retomar también su propia labor musical.

Debut solista
Tras un solitario trabajo de composición en el balneario de Tongoy, grabó y editó El resplandor (1997), un debut solista publicado a sus 42 años de edad y en el que también se incorporaron tres canciones que los Electrodomésticos iban a incluir en un tercer álbum que nunca llegó a grabarse. Fue un trabajo basado en la guitarra eléctrica y en los efectos, con parajes de inasible emotividad. «La idea es que los textos pasen derecho a la guata. No me interesa eso de la vanguardia», advirtió en el lanzamiento. Cabezas logró ubicar en radios temas como "Bailando en silencio" y "Lo mejor de ti", y ganó una difusión que jamás tuvieron los Electrodomésticos, si bien sin generar ventas considerables.

Sin quererlo, impuso un novedoso concepto de rock adulto, que en vivo ganó enormidad gracias a una banda que reunió a algunos de los más destacados músicos de la escena rock de ese momento, incluyendo a Cristián Heyne, Gabriel Vigliensoni y Koko Stambuk. Presentaciones en Santiago y Concepción agotaron la promoción del álbum, tras lo cual Cabezas volvió a sumergirse en su silenciosa labor de estudio, algo cansado con su impuesta (por la prensa) condición de «gurú» para la nueva generación de músicos.

La amistad con Álvaro Henríquez lo llevó a preproducir un par de discos para Los Tres, y luego a componer en conjunto la banda sonora para el largometraje chileno El desquite, de Andrés Wood. La experiencia lo dejó lo suficientemente entusiasmado para luego hacerse cargo casi en exclusivo del soundtrack para El chacotero sentimental (1999), en el cual desarrolló una interesante lectura electrónica para las tres historias de la exitosa película chilena; y en la que también se involucraron músicos de prestigio, como Silvio Paredes, Gabriel Vigliensoni y el mismo Henríquez. Otras películas con música de Cabezas son El país de octubre (1990), La fiebre del loco (2001), Negocio redondo (2001) y No (2012).

Reintegro a los Electrodomésticos
En vez de suceder el intento solista de El resplandor, Cabezas terminó distrayéndose en conciertos informales junto a otros músicos, incluyendo a Silvio Paredes, su ex compañero en Electrodomésticos. Una presentación junto a la Orquesta Sinfónica de Chile (Teatro Novedades, agosto de 2002) resultó tan emocionante como para decidirlo a rearmar su ex banda. «Fue ése el momento en que nos sentimos de nuevo como Electrodomésticos. Hasta entonces, no habíamos querido usar el nombre; nos resistimos bastante. Son esas aprehensiones con las que uno trata de cuidar las cosas más preciadas que ha tenido en la vida».

Manteniendo el eje original de Cabezas y Paredes, los Electrodomésticos volvieron como banda en presentaciones que se extendieron durante el año 2003; completados ahora por Cuti Aste, Gabriel Vigliensoni y Edita Rojas (todos ellos con otros proyectos musicales en paralelo). A principios del 2004 ya tenían en la calle un nuevo disco (La nueva canción chilena), en el cual Cabezas volvía a destacar como guitarrista, cantante y único compositor de las letras. Electrodomésticos es una banda de actividad intermitente, cuya dinámica de trabajo no le ha impedido a Cabezas mantenerse en proyectos musicales constantes, como el disco Mantras (2007) y nuevos encargos para cine (como No y El club, de Pablo Larraín, entre otras de los últimos años).

Hacia mediados de 2010 esa diversificación se ordenó al fin en nuevas publicaciones solistas, con la edición simultánea de Has sabido sufrir y Desamanecer, el primero un disco mayoritariamente de boleros y grabado en vivo, y el segundo un trabajo de composiciones propias de densas masas eléctricas. Fueron un buen preámbulo para el regreso a la composición con Electrodomésticos, a estas alturas una nave poderosa que es ya un trayecto de largo alcance.

Su vínculo con músicos chilenos más jóvenes es permanente. Se incluyen en esos cruces su colaboración con Rubio y, sobre todo, Cordillera, el dúo que desde 2017 lo ha ocupado en grabaciones junto a Angelo Pierattini (Weichafe).

Actualizado el 10 de mayo de 2021