Iñigo Díaz

Promediando los '90 Navarrete dejó Concepción y se instaló en Santiago para estudiar contrabajo clásico en la Univerisdad Católica. Alternativamente tenía gran actividad en jam sessions del Club de Jazz y L'Atelier. Era la alternativa al primero de los contrabajistas jóvenes de la época, Felipe Chacón. En ese circuito de noches bop e intercambio musical fue donde se vinculó al baterista Pancho Molina, quien acababa de dejar el Ángel Parra Trío para formar su propio conjunto de jazz moderno. En 1995, Navarrete se convirtió así en el primer contrabajista de Los Titulares, el eslabón entre el beat agresivo de Molina y las armónicas ideas del pianista Carlos Silva.

Con este prototipo permaneció hasta 1997 (alternando además con el vanguardista grupo Fedón). Luego tocó con el guitarista César Arriagada y el baterista Gabriel Puentes, y se integró al trío del pianista Moncho Romero (para grabar Bajo la piel, 2002, del cantante Rodrigo González). Poco después unía fuerzas con el baterista Andy Baeza para configurar una sección rítmica autónoma que se movió por el circuito. Junto a Baeza llegó a editar dos álbumes en 2004: Juego de niños y Lugares, personas. Alternó su militancia en el ensamble de cámara Antara (2005), el grupo fusión experimental Quarto Mundo (2006) e incluso actuó como músico del grupo de Nano Stern (2008).

Pero lo sustantivo en Navarrete estuvo en el trabjo de exploración que elaboró de manera profunda en los ensambles del pianista inglés Martin Joseph, el trío del guitarrista Ramiro Molina y en una nueva asociación estrecha con el baterista Nicolás Ríos. Con ambos solistas lanzó un tercer álbum de coliderazgo sobre música experimental: Schfrtk (2008). Luego, tras un intenso trabajo en el trío de la pianista y compositora Carmen Aguilera, que derivó en el disco En espiral (2012), y para el que compuso la pieza "Tripolaridad", Navarrete inició su propio proceso de liderazgo y de composición para trío, esta vez con Gonzalo González (guitarra) y Matías Mardones (batería). Con este proyecto se uniría así al sello Animales en la Vía, a través del cual editó el disco Tripolar (2015).