Antonio Prieto

El éxito de los boleros grabados por artistas chilenos durante los años '50 tiene a dos primeras figuras en los nombres de este cantante y de Lucho Gatica, y es en sí misma una época dorada en la música popular del siglo veinte. Pero así y todo es sólo un comienzo para la trayectoria de Antonio Prieto, un hombre que desde entonces supo multiplicar su alcance más allá de bolero, como cantante de baladas y otras canciones populares, como actor de cine internacional y figura de la televisión de su tiempo, en una carrera que además fue reconocida y exitosa en países como Argentina, México, Brasil y España, y que lo transforma por añadidura en un adelantado para la estirpe de las figuras de exportación en la música popular chilena.

Fechas

Iquique - 26 de mayo de 1927
Santiago - 14 de julio de 2011

Región de origen

Tarapacá

Décadas

1950 |1960 |1970 |1980 |

Géneros

Antonio Prieto

David Ponce

La de Antonio Prieto es la voz que inmortalizó la canción "La novia", una de las melodías más populares del cancionero local. Ella es parte de un repertorio que incluye otras composiciones como los boleros "La barca", "El reloj" y "Sabrá Dios", las canciones "Chuquicamata", "Martín tenía un violín", "Cómprate un tambor" y "Huija" y la serie de melodías que compuso para él su hermano, el prolífico compositor Joaquín Prieto, como "Son rumores", "Rosita" y la mencionada "La novia". Aparte, la aparición del cantante en la versión fílmica argentina de "La Pérgola de las Flores" (1965) es una muestra de la nutrida filmografía que protagonizó entre los años '50 y '60, misma década en la que tuvo su propio show de TV en Argentina. Activo hasta los años '90, Prieto pasó sus últimos años retirado de la vida pública y aquejado de la enfermedad de Alzheimer, pero el medio siglo de vida que dedicó a la canción y a los escenarios lo dejan instalado como uno de los nombres esenciales de la música popular por definición en Chile.

De la mano de Raúl Matas: el debut
Antonio Prieto es un seudónimo, pero está presente en el nombre real del cantante, Juan Antonio Espinoza Prieto. Nacido en Iquique en 1927, año consignado por los autores González, Ohlsen y Rolle en el libro "Historia social de la música popular chilena, 1950-1970", fue en Santiago donde comenzó una carrera ligada primero a la radio, con su aparición en 1949 en el programa "La feria de los deseos" que conducía el animador Raúl Matas en Radio Minería.

Una de sus más tempranas incursiones en escena fue su contratación como crooner o cantante de la española Orquesta Casino de Sevilla en 1953, elenco que a comienzos de esa década se presentó con regularidad en boites y restaurantes capitalinos como el Goyescas y el Waldorf. Antonio Prieto grabó con esa orquesta dos canciones iniciales de su carrera, "Las oscuras golondrinas" y "El mar y tú", según los citados González, Ohlsen y Rolle.

Entre las primeras trazas de su éxito en el extranjero está también la grabación de "El amor es un bouquet de violetas", canción del filme español "Violetas imperiales" (1952), con la que el cantante inició a su vez su trayectoria en Argentina. Hacia 1957 ya era exitoso en México, Argentina y Brasil, donde, de acuerdo con reportes de la revista chilena "Ecran" citados en el mencionado libro, ganó en 1955 un premio de la cadena O Globo como "mejor cantante de Latinoamérica" de ese año.

Desde México hasta España: en boleros y de película
La era del bolero corresponde a uno de las etapas más importantes en su recorrido. En 1957 Antonio Prieto grabó en México "Sabrá Dios", de Álvaro Carrillo, y "El reloj", de Roberto Cantoral, junto a la orquesta de Chucho Zarzosa y el conjunto vocal y de guitarras cubano Los Hermanos Rigual, como se desprende de las diversas carátulas de sus discos de la época.

De esos años en México, en la segunda mitad de los '50, quedan diversos registros junto a las orquestas de los maestros José Sabre Marroquín, Mario Ruiz Armengol, Luis Arcaraz y los citados Hermanos Rigual, con quienes interpretó otras selecciones como "Niebla", "Ofrenda" y "No diga no". Y más boleros en discos y reediciones de su catálogo son "Vereda tropical", "Bésame mucho", "Contigo en la distancia", "Mi último bolero" y la canción mexicana "Malagueña".

Prieto emprendió en paralelo una carrera como actor de cine, con más de treinta películas entre 1955 y fines de los '60, según el libro de González, Rolle y Ohlsen, varias de ellas en Argentina. De este modo Antonio Prieto tiene un sitial alto entre una generación de artistas chilenos que desarrollaron carreras de renombre en otros países, como Lucho Gatica, Sonia y Myriam, Los Cuatro Hermanos Silva, Sonia La Única, Monna Bell y Rosamel Araya. Y si bien pasó gran parte de los años '50 y '60 fuera de su país natal, no se alejó de Chile y se presentó en lugares como la aludida boite santiaguina Waldorf o programas de radio como "Bingo show", espacio iniciado en 1968 en radio Cooperativa, mientras sus discos eran publicados por el sello RCA Victor como alimento para una popularidad constante en su país natal.

Prieto en Argentina: dominical y familiar
Para su regreso a Chile en 1960 Antonio Prieto ya era un artista consagrado e internacional, dueño de un estilo caracterizado por la distinción y la galanura de sus interpretaciones. Es entonces cuando grabó su mayor impacto, "La novia", una de las muchas composiciones que escribió para él su hermano mayor, Joaquín, el más constante impulsor de toda su carrera.

Canciones de Joaquín Prieto popularizadas en la voz de Antonio Prieto son, luego de la propia "La novia", "Son rumores" (1961), "Rosita" (1965) o la historia de "Martín tenía un violín". Junto a ellas el cantante grabó nuevos éxitos como "A ti", "Los ojos del diablo", "Cara de payaso" y una versión de la canción francesa "Las hojas muertas". Y en los años '60 iba a consolidar en Argentina una próxima base de operaciones, esta vez en paralelo entre la música, la televisión y el cine.

Además de continuar su carrera discográfica en ese país, el iquiqueño internacional debutó con "El show de Antonio Prieto", programa dominical y familiar emitido entre 1960 y 1964 por Canal 13 de Buenos Aires, donde Prieto era a la vez anfitrión y cantante, y con el que, según documentan González, Rolle y Ohlsen, obtuvo dieciséis premios Martín Fierro otorgados por la prensa de espectáculos argentina, durante los cuatro años que duró la emisión.

Al mismo tiempo había reanudado en ese país su carrera fílmica, con largometrajes como "La novia" (1960), "Cuando calienta el sol" (1963) y la citada "La Pérgola de las Flores" (1965). Esta última es una versión de la comedia musical chilena de Isidora Aguirre y Francisco Flores del Campo, dirigida por el cineasta argentino Román Viñoli, y en la que Antonio Prieto comparte los roles centrales con la actriz Marujita Díaz en el rol de "Carmela" y es el único chileno en el reparto.

Entre Bécaud y Cortez: la escuela y la influencia
Su incansable agenda internacional lo llevó al mismo tiempo a competir en el Festival de San Remo con la canción "Leri ho incontrato la mia madre", del cantante italiano Gino Paoli, en 1964, para estrechar más los lazos cosmopolitas presentes en su música.

En efecto, reconocido por su histrionismo en la interpretación de las canciones, Antonio Prieto fue visto a menudo como un heredero de la escuela del cantante francés Gilbert Bécaud, y ejerció a su vez una influencias sobre Alberto Cortez reconocido por el propio cantante argentino.

Esta experiencia en la industria musical lo llevó también a crear sellos disqueros. Uno de ellos fue Fermata, en Argentina, mediante el cual editó a mediados de los '60 el LP Antonio Prieto canta tangos, con canciones como "Uno", "Percal", "Cristal", "Sus ojos se cerraron" y "El día que me quieras". Y años más tarde fundó, de vuelta en Chile, el sello Apri, anagrama de Antonio Prieto, con el que publicó el histórico primer LP de Florcita Motuda, Florcita Motuda (1977).

En paralelo a esa época, éxitos suyos más tardíos en Chile son canciones como "Cómprate un tambor", "Chuquicamata" y "Huija", testimonio de tintes autobiográficos hecho canción e incluido en un LP de igual título publicado en 1975. Parte de ese cancionero se escuchó en sus actuaciones en el Festival de Viña en 1962, 1974, 1980 y 1992 y, ya retirado, una de sus últimas apariciones fue el tributo que recibió junto a Lucho Gatica en ese mismo festival, en 2002, reconocimiento al que se suman los nombramientos de socio emérito y "figura fundamental de la música chilena" que recibió de parte de la Sociedad Chilena del Derecho de Autor, SCD, en 1997.

Más palpable es el tributo que permanece en la memoria de sus canciones, ya sean sus interpretaciones para el slow fox elegante que es "Vanidad", del compositor chileno Armando González Malbrán, para boleros inmortales como "El reloj" o "La barca", o incluso el guiño dedicado por un cantor popular como Roberto Parra en su cueca chora "Los parecidos", que con el verso "No me falte el respeto, Antonio Prieto" remata una enumeración de celebridades inmortales. Antonio Prieto murió en Santiago el 14 de julio de 2011, a los 85 años, pero así de inmortal es su herencia, la de un señor de la canción chilena con todas sus letras.

Actualizado el 19 de julio de 2019