Un lugar en la tierra Herminda de la Victoria Un lugar en la tierra

La población, el séptimo disco de Víctor Jara, conjuga música, teatro y documental y se nutre de canciones, grabaciones en terreno e invitados como Isabel Parra, Alejandro Sieveking y Bélgica Castro. Su origen está en la toma de terrenos que dio vida a la población que hoy es parte de Cerro Navia. 

Madrugada del 16 de marzo de 1967. Cientos de familias avanzaron por la calle San Pablo hasta la altura del 6600, en la antigua comuna de Barrancas. Ahí había un terreno que pertenecía a Invica, una fundación creada por el cardenal Raúl Silva Henríquez, y esa multitud de arrendatarios y allegados se había organizado con un objetivo: ocuparlo y levantar ahí sus casas.

El diario El Siglo lo describió así: “Vimos nacer una población de cuatro mil almas en quince minutos... se sentía solo el ruido de los martillos en la oscuridad; se golpeaban los clavos casi por instinto, y de improviso, cuando fueron guarecidas las guaguas del intenso frío de la madrugada, comenzaron a encenderse las fogatas, las velas, los chonchones. En una larga extensión de casi dos kilómetros, diseminadas por los faldeos se veían las carpas, grandes y chicas en un hermoso bosque de tricolores. Eran las 2:30 horas de la madrugada de ayer, bajo una niebla cerrada y una tenue llovizna”.

La policía fracasó en su intento de hacer un violento desalojo y la toma se transformó en un caso de relevancia pública, en días que el problema de la vivienda se volvía urgente. Dirigentes de izquierda acudieron al lugar, incluyendo a los entonces parlamentarios Salvador Allende y Gladys Marín. Douglas Hübner registró los hechos en un documental musicalizado por Sergio Ortega. La ayuda y las muestras de apoyo llegaron de diferentes sectores de la ciudad y los pobladores bautizaron la toma con el nombre de una niña que alcanzó a vivir poco más de una semana, antes de perder la vida durante esos mismos días.

“El 27 de marzo, ante la presencia de un oficial del Registro Civil de Barrancas, fueron celebrados cuatro matrimonios, para los que se organizó una fiesta en común”, relata el libro Para una historia de los pobres de la ciudad. “Era el signo de que la toma no era un lugar de paso: era una población con el nombre de una niña muerta en esos terrenos. Era también un lugar donde las parejas decidían convertirse en familias. Era la vida”.

Esa niña era hija del carpintero Pedro Álvarez y de Adelina Chávez y se llamaba Herminda. Así nació Herminda de la Victoria.

Víctor Jara en Herminda de la Victoria. Foto: Gentileza del Archivo Víctor Jara - Fundación Víctor Jara.

En La población

Manuel “Choño” Sanhueza era un dirigente destacado de las Juventudes Comunistas. Había nacido en la población Agüita de la Perdiz, en Concepción, y para inicios de los ‘70 había participado de varias tomas de terreno. Su vida tuvo un cruento final en Pisagua, pero entonces dominaba bien el sector de Barrancas y fue quien le preguntó a Víctor Jara: “¿Por qué no escribís sobre nosotros, los pobladores?”.

“Víctor captó la idea de inmediato (...) Con una grabadora y su guitarra, pasó semanas enteras trabajando en Herminda de la Victoria -donde vivía su amigo- y en otras poblaciones, incluida Los Nogales, donde por supuesto tenía muchos contactos”, relata Joan Jara en Un canto inconcluso, aludiendo al sector de Estación Central donde el cantautor había crecido, y donde tuvo que jugar una pichanga con los vecinos para entrar en confianza.

El propio Víctor Jara describió ese proceso, que también incluyó poblaciones como Lo Hermida, La Victoria y El Cortijo: “Tuve que conversar con mucha gente. El Choño, por ejemplo, me contó la historia de la Agüita de la Perdiz, en Concepción. La compañera María y también la compañera Amelia y la Norma me hablaron emocionadas de la toma de la Herminda (...) La señora Amelia, cuando me relató la muerte de la guagüita Herminda, en cuyo recuerdo lleva su nombre la población, fue tan emocionante que a los dos se nos cayeron las lágrimas”, se lee en una entrevista que concedió a El Siglo. 

Así nació La población (1972), un disco conceptual sobre esas comunidades, que se nutre sobre todo de lo que había ocurrido cinco años antes en esa toma de Barrancas. La séptima canción, de hecho, se llama “Herminda de la Victoria” y retrata a esa niña que “murió sin haber luchado”. Antes se escucha una composición con título documental, “La toma (16 de marzo de 1967)”, que en todo caso tiene versos menos formales: “Ya se inició la toma / compañero calla la boca / cuidado con los pacos / que pueden dejar la escoba”. Por supuesto, también es el álbum para el que se grabó “Luchín”, ese clásico dedicado a un niño “frágil como un volantín”, que come tierra y gusanos y juega “en los techos de Barrancas”.

Víctor Jara en Herminda de la Victoria, en 1972. Foto: Andrés Boerr, gentileza del Archivo Víctor Jara - Fundación Víctor Jara.

No es una, sino varias las voces -sobre todo femeninas- que se escuchan a lo largo del álbum, hiladas por esas grabaciones hechas en terreno. Isabel Parra abre el disco con “Lo único que tengo” y luego aparecen los grupos Huamarí (“En el Río Mapocho” y “La toma”) y Cantamaranto (en la divertida “La carpa de las coligüillas”). En los agradecimientos también figuran Patricio Solovera y Pedro Yáñez, además de dos de los mejores amigos del cantautor: la actriz Bélgica Castro, que participó de las sesiones de estudio, y el dramaturgo Alejandro Sieveking, que colaboró en las letras de las canciones.

Por eso, no es extraño que el libro Víctor Jara. Su vida y el teatro subraye que “la teatralidad recorre La población de principio a fin (...) Conceptos como barro, lluvia, lucha, solidaridad, construcción, se van desenvolviendo a través de una variopinta gama de estilos musicales: cueca, tonada, polka, canto a lo humano, marcha… y siempre siguiendo una lógica narrativa. Con certeza, no se estableció el orden de las canciones pensando en cuál era más o menos ‘pegajosa’, sino que guiando un determinado relato”.

Vestigios de ese relato se pueden encontrar hoy en Cerro Navia, una de las cuatro comunas que nació de la antigua Barrancas. La población Herminda de la Victoria se levantó finalmente hacia el norte de los terrenos ocupados en 1967, pero el rostro y los versos de Víctor Jara están presentes en sus calles y celebraciones. Se pueden ver, por ejemplo, en los aniversarios que los vecinos han festejado con grupos como Quilapayún o Illapu y en el Parque Ho Chi Minh, una figura que al mismo tiempo protagoniza otro álbum de Víctor Jara. Incluso hay una campaña para que una estación de la futura Línea 7 del Metro de Santiago, que atravesará la comuna, lleve el nombre del cantautor. En Pudahuel Sur, a pocos kilómetros, los vecinos ya avanzaron en esa dirección y lograron cambiar el nombre de una calle. Antes se llamaba Jaime Guzmán.

Rodrigo Alarcón L.

En 2017 se celebraron 50 años de Herminda de la Victoria. Foto: Municipalidad de Cerro Navia / Flickr.



En Barrancas