Tata Barahona

Tata Barahona es cantautor, profesor de música, lutier e integrante del grupo de música medieval Calenda Maia. Sus orígenes se encuentran en los circuitos estudiantiles, que luego se fueron ampliando a los escenarios de la trova en un camino creativo marcado por cantautores como Eduardo Gatti y Alexis Venegas. Tras su disco debut en 1993, mantuvo una década de silencio, y en los años 2000 grabó artesanalmente dos nuevos títulos, pero el año 2011 dio un paso decisivo y presentó su primer disco de estudio, Fotografías. El trabajo fue el inicio de una trilogía, con la que ha puesto canciones en radios (como "La mexicana", "Te vas de mí" o "Luz de rabia") y redes sociales y que lo han llevado por todo Chile, convirtiéndolo en un nombre fundamental de la trova en la segunda década del 2000.

Fechas

Santiago - 17 de septiembre de 1971

Región de origen

Metropolitana de Santiago

Décadas

1980 |1990 |2000 |2010 |2020 |

Géneros

Tata Barahona

Juan Carlos Poveda V.

Pedro Tata Barahona Venegas nació en Santiago dentro de una familia modesta. Creció con los tangos, cuecas y diversas músicas que escuchaba su padre, Juan Barahona, conserje, y co la música romántica de la radio de su madre, Inés Venegas, dueña de casa. Inició sus primeros ejercicios musicales hacia 1985, influenciado por referentes de la música de trovadores como Víctor Jara, Violeta Parra, Eduardo Gatti, el cubano Silvio Rodríguez y otros nombres provenientes de la cultura musical latinoamericana.

En 1988 se abrió espacio con canciones de contenido antidictadura en establecimientos educacionales como el Liceo Lastarria (donde estudió), el Liceo 7 de Niñas y el Liceo Blas Cañas. Luego de intentar con la carrera de Ingeniería en Sonido, en 1991 ingresó a estudiar pedagogía en música en la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE), experiencia enriquecedora y conflictiva a la vez. Enriquecedora por el roce con trovadores como Alexis Venegas, Manuel Huerta y Francisco Villa, pero conflictiva por el contacto con la academia: si bien ercibió una serie de recursos técnicos, puso también en crisis su creatividad, que hasta entonces era libre y espontánea.

En 1993 realizó su primera producción musical de manera autodidacta, diez canciones que aparecieron en el cassette A los amigos y la compañera. En los años siguientes, Tata Barahona continuó componiendo, aunque alejado de los escenarios de la trova nacional, debido al intenso trabajo con el conjunto Calenda Maia (al cual se integró a fines de 1992) y a su labor como lutier. En ese ámbito, se especializó en instrumentos de cuerda y la reproducción de los instrumentos medievales.

El tríptico del sillón
En 2003 presentó el disco Trovador, con el registro de un concierto efectuado en el pub La Máquina. En 2006 vino Andar por las cuerdas, disco lanzado en el tradicional bar La Piojera. Ambos trabajos —ha reconocido— fueron una manera de dejar testimonio de sus canciones, y no tuvo entonces mayores intenciones de divulgación.

Pero hacia 2010 esa disposición cambió y Tata Barahona (seudónimo heredado de sus tiempos escolares), se acercó al programa El Zócalo Nacional de Radio Universidad de Chile patra mostrar su repertorio. Allí participo en un encuentro de trovadores que fue publicado a YouTube en 2011, y su canción "La mexicana" convirtió entonces en un video viral. La canción es la historia, contada en primera persona y con elementos del coa, de un traficante de drogas que sufre robo de una mercancía, y que se lamenta por los efectos en sus ojos que le deja la marihuana, en un defecto que determina el desenlace de la historia,.

"La mexicana" fue la base para que grabara su primer disco, Fotografías, con la producción de su compañero de Calenda Maia Rafael Egaña, y el acompañamiento de Pablo Urzúa en bajo y Pedro Urzúa en batería, lo que marcaba una diferencia con respecto al formato acústico de sus trabajos anteriores. Las 14 canciones, que excedieron los límites de ese tema como lo ha mostrado en toda su historia musical, incluyeron pregones callejeros, una historia de violencia intrafamiliar y canciones de amor.

El disco fue el inicio de una etapa de creación con nuevas dimensiones y alcances, que se vería reflejada en tres álbumes ilustrados por las guitarras que él mismo elaboró dispuestas en sillones como en un retrato autoral: Fotografías (2001), Imágenes (2015) y Retratos (2019). Los tres títulos se han difundido en radios y en sus conciertos, pero sobre todo en redes sociales, donde varias de sus canciones suman más de un millón de visitas. El 2020 presentó su cuarto disco, regiostrado en plena pandemia del Covid 19, y que llamó Cuarenpeña.

Con una gran habilidad en la ejecución guitarrística y una particular estética musical, al arte de Tata Barahona concurre un crisol de luces culturales provenientes de la sonoridad medieval, de la crónica cotidiana y de la sátira. El relato de aquel maltratador de su familia, del vendedor de la feria, de ese microtraficante que termina asesinando a quien le roba, del niño que vibra ante una melodía, de un enamorado agradecido y otros temas. Tal como lo ha dicho el propio cantautor: "Yo definiría mis canciones como crónicas de la vida cotidiana, de los amores, los odios, las caídas y las esperanzas. Las veo como un registro de los pensamientos e ideas de un tiempo y un país en constante transformación. Soy un obrero de la música, un cronista, un cantacuentos de nuestra sociedad".

Actualizado el 25 de octubre de 2023