Rodrigo González

Entre una muy pequeña comunidad de voces masculinas vinculadas al jazz, al finalizar los '90 apareció el barítono Rodrigo González, un cantante afín a las líneas tradicionales del swing, el repertorio standard y el pop vocal más clásico. González se instalaría en la década siguiente como el más activo de los cantantes de jazz, tras las experiencias del histórico crooner José Luis Arce, el improvisador Jorge Caraccioli en los '80, el breve destello de José Zamudio en los '90 y la sorpresiva aparición de Juan Pablo Rivera al finalizar los 2000.

Fechas

Santiago - 09 de junio de 1961

Región de origen

Metropolitana de Santiago

Décadas

1990 |2000 |2010 |

Géneros

Rodrigo González

Iñigo Díaz

En los inicios trabajó estrechamente con el pianista Moncho Romero, que fue su formador. Desde ese taller se generó una interesante comunidad de voces para el jazz de los 2000 (Myriam O, Alexandra Inzunza). Siempre con modelos vocales clásicos como Joe Williams o Mel Torme, González se lanzó en un primer ensayo discográfico al que tituló Darse el gusto (1999).

Tímido comienzo de la aventura en el jazz vocal que luego vería un más consistente resultado en Bajo la piel (2002). En ambos discos, González nivelaba en la balanza música del cancionero tradicional. Porter y Sinatra por un lado. Jobim y Manzanero por el otro. Así, González siguió alternando participaciones como crooner de la Conchalí Big Band (2002), la Big Band UC (2004), la Big Guns (2012) y como invitado del Ángel Parra Trío (2003), además de participar en multitudinarios festivales jazzísticos de Providencia, Valparaíso y Puerto Montt.

En 2004 comenzó un giro, no sólo como productor de discos de jazz y de conciertos especials, sino además en el sonido de su performance, que lo alejó relativamente del "swing de salón" para aproximarlo a nuevas líneas. La inspiración de solistas más modernos como Kurt Elling trasladó a González hacia el pop-jazz, lo conectó con unjazz más contemporáneo, y así comenzó a trabajar con músicos como el guitarrista Esteban Sumar, el contrabajista Pablo Menares o el baterista Andy Baeza.

También realizó en sesiones temáticas de dueto de música latinoamericana junto al pianista Américo Olivari —una experiencia que tiempo más tarde se consolidaría en su participación con el grupo Cachodecabra, del bajista Francisco Campos y el disco Acevichado (2014)—. Pero sus colaboraciones en el jazz siguieron activas, con más voces de swing como Danielle Gilson y Minerva Carrizo, y con una recordada serie de conciertos de club que ofreció desde 2009 junto al maestro Valentín Trujillo.

Actualizado el 05 de octubre de 2020