Jorge Castillo
La escuela fue chilenera
Aparcoa se formó en 1965 al alero de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Chile. Sus primeros integrantes salieron de esas aulas, lo que no les privó de talento pues todos ellos cursaban paralelamente estudios en los principales conservatorios del país.
Al revés de lo que pudiera suponerse, el nombre de Aparcoa no tiene significado indígena alguno. Es, simplemente, la unión de las iniciales de cuatro de sus cinco fundadores: Alegría (Julio), Parma (Leonardo), Córdova (Miguel) y Avendaño (Mario), aunque éste último se quedó en los aprontes y ni siquiera llegó a los primeros ensayos. Aun así, la evocación del nombre llevó a todo tipo de conjeturas. Incluso, ya en el exilio, algunos grupos de chilenos argumentaron que significaba, ni más ni menos, que "Al Partido con Amor".
Los cuatro primeros años de su trayectoria el conjunto los vivió alejado de los estudios de grabación pero apegado al camino que más lo identificó en toda su carrera: las actuaciones en vivo, especialmente en sindicatos, aulas universitarias y peñas. Esa opción fue coherente con sus principios iniciales de "tomar la cultura popular y mostrarla tal cual, en toda su dignidad, de modo que el pueblo se viera cabalmente reflejada en ella", como lo explicó su primer director musical, Julio Alegría.
Ese fervor por las tradiciones populares llevó a Aparcoa a vincularse con prestigiosos recopiladores como Margot Loyola y Héctor Pavez. Crucial en su carrera, sin embargo, fue su acercamiento a la cueca chilenera. En este campo llegó mucho más allá que los otros conjuntos de la Nueva Canción Chilena, y que los grupos de folclor general, que nunca mirarron seriamente esta expresiónde música urbana.
El maestro de la cueca brava, Hernán Nano Núñez, lo apadrinó y adentró en los círculos cuequeros de barrios santiaguinos como Franklin, el Matadero Lo Valledor y Estación Central, y los bajos fondos de Valparaíso. Incluso en el Festival de Viña del Mar de 1972 Núñez y Aparcoa lograron el segundo lugar de la competencia folclórica con la cueca "Dicen que Viña del Mar", plasmada en un single. Otras diez cuecas urbanas quedaron registradas en cuatro de sus discos larga duración.
Durante la Unidad Popular hubo un cambio parcial de integrantes, pero no de estilo ypoir sus filas pasó incluso el actual flautista de Congreso, Hugo Pirovich. Pese a ser un grupo auspiciado por el Partido Comunista, Aparcoa evitó caer en un repertorio panfletario, al punto que es el único de los principales conjuntos de la Nueva Canción Chilena que durante esos virulentos años no grabó temas que agudizaran el conflicto social. Sólo su último LP antes del Golpe Militar, Cri du Chili (Grito de Chile), grabado en 1973 en Francia durante su segunda gira europea, rompió levemente con ese sello, al incluir algunos temas favorables a la UP y otros de protesta centroamericana. Tampoco grabó discos en el sello Dicap, que cobijó a la mayoría de los músicos adherentes a la UP.
Aparcoa en Alemania
A diferencia de Quilapayún e Inti-Illimani, a Aparcoa el Golpe Militar lo sorprendió en Chile y lo obligó a una breve recesión. Pero ya en 1974 el conjunto se rearmó en el puerto de Rostock, en la República Democrática Alemana (RDA), país que le fue elegido por el PC chileno.
Esta nueva etapa el grupo la afrontó con siete miembros, una mezcla de fundadores y de otros dos que se sumaron solamente en el exilio. Estos últimos fueron claves en su transformación musical. El pianista y director orquestal Marcelo Fortín y el barítono Juan Carvajal (que hasta 1973 fue el Director Artístico del sello Dicap) incidieron en un nuevo sonido, más universal y menos folclórico, incluso con algún tinte operático, que renovó también el repertorio.
Esta transformación no fue obstáculo para que el conjunto incluyera en sus actuaciones algunos temas ajenos como "El pueblo unido jamás será vencido" y "Venceremos", impensables para el grupo antes del Golpe Militar, pero imprescindibles en el circuito de solidaridad internacional en el que se movió en el exilio. Estas incursiones le valieron un reconocimiento en el extranjero que nunca logró en Chile, donde su recuerdo se apagó paulatinamente.
En esos casi cuatro años europeos Aparcoa grabó también tres nuevas versiones del Canto general para los sellos Le Chant du Monde (Francia), Movieplay (España) y Amiga (República Democrática Alemana). Se trató de versiones muy parecidas, mucho más breves que la original producida en 1971, y que privilegiaron pasajes del poema nerudiano alusivos a antiguas represiones políticas en Chile, pero que a los ojos europeos cuajaron muy bien con el oscuro panorama que asoló al país. Prueba del prestigio de esta obra es la actuación en 1975 durante una temporada completa en el teatro D’Orsay, en París, perteneciente al actor Jean Louis Barrault, y el que en las versiones grabadas en Francia y la RDA participaran como relatoras las prestigiosas actrices Emanuelle Riva y Gisella May.
En la cima con Neruda
El Canto general fue la obra cumbre de Aparcoa. Tanto, que inspiró al músico griego Mikis Theodorakis a crear uno propio, tras haber escuchado en 1972, en Valparaíso, la versión original. Con esa obra el grupo también pudo participar en actos de resonancia internacional, como la bienvenida en la Plaza de Toros de Barcelona al poeta español Rafael Alberti, a su regreso del exilio en 1977. Y aunque no la interpretó en la ocasión, también influyó para que representara a Chile en un acto de solidaridad con nuestro país realizado en el escenario neoyorquino del Madison Square Garden, en la última aparición pública del político chileno Orlando Letelier, días antes de ser asesinado en Washington en 1976.
Otro hito en su carrera fue la grabación del disco Chile. Dirigido por Fortín, incluye algunos de los mejores temas grabados hasta ese año (1975) en el marco de la Nueva Canción Chilena. "Las últimas palabras", una musicalización del discurso radial de Salvador Allende compuesta por Marcelo Coulon (y que luego grabó en Chile el grupo Napalé); "Chile", basado en un poema del libro de Neruda Incitación al Nixonicidio y elogio a la Revolución Chilena; "Grandola vila morena", una canción portuguesa de la "Revolución de los Claveles" y "El banderón americano", del fallecido compositor chileno Sergio Ortega, son los puntos altos del disco.
Durante esos años Aparcoa se movió por toda Europa y América del Norte. Si bien como grupo contratado por el Teatro Popular de Rostock su deber prioritario fue dar actuaciones periódicas en esa sala, el conjunto se las arregló para hacer giras. Aún así, paulatinamente surgieron problemas ante la molestia alemana por la desprogramación de los conciertos en Rostock.
La incomodidad por esa situación, la necesidad de pedir engorrosos permisos para salir de Alemania, el fracaso de las gestiones ante el PC chileno para radicarse en Italia y el deseo de varios integrantes por volver a sus profesiones o elevar sus estudios musicales acabaron mermando la mística y Aparcoa terminó disolviéndose a mitad de 1977. Recién en septiembre de 2006 se registró una reunión del grupo que, con cuatro de sus fundadores en la alineación, ha vuelto a actuar en público para mostrar uno de sus primeros repertorios, el de la cueca brava.