Álvaro Scaramelli

Álvaro Scaramelli
Foto: Sitio oficial

Aunque el recuerdo popular de Álvaro Scaramelli aún lo vincula a su trabajo como vocalista y tecladista de la banda Cinema, su trabajo como cantautor solista superó en tiempo y actividad la labor puntual con ese grupo de los años ochenta. El compositor y cantante mantiene hoy una labor musical esporádica, la cual alterna con otras actividades profesionales, como terapeuta alternativo, productor y gestor.

Ficha

Fechas

Santiago - 03 de septiembre de 1965

Región de origen

Metropolitana de Santiago

Décadas

1980 |1990 |2000 |2010 |

Géneros

Grupos

Álvaro Scaramelli

Aunque el recuerdo popular de Álvaro Scaramelli aún lo vincula a su trabajo como vocalista y tecladista de la banda Cinema, su trabajo como cantautor solista superó en tiempo y actividad la labor puntual con ese grupo de los años ochenta. El compositor y cantante mantiene hoy una labor musical esporádica, la cual alterna con otras actividades profesionales, como terapeuta alternativo, productor y gestor.

Marisol García

Después de Cinema
Los tres discos que Scaramelli alcanzó a grabar con la banda Cinema, lo acostumbraron a la figuración de rostro pop, pero no bastaron para llenar sus expectativas creativas. Decidido a continuar como solista tras el fin del grupo, el músico tuvo que comenzar por asumirse como autor. Con traje, piano e historias que contar, viajó a Buenos Aires para grabar Mi tiempo interior (1987), un disco en el que el antiguo saltarín televisivo reflexionaba, por ejemplo, sobre su incómoda relación con la fama. Allí está el single "Déjenme": «Mi productor me está matando / ¡cállenlo, cállenlo!». La canción contó con una considerable rotación radial, al igual que la balada "Eres tan diferente". Entre los créditos se apuntaba la colaboración vocal de Patricia Sosa, del grupo argentino La Torre.

De ahí en adelante, Scaramellli consiguió una marca totalmente atípica para los intérpretes de la época, cual fue la de publicar casi un disco por año. Los versos de Secretos develados (1998) contenían lo que él identifica como sus primeras inquietudes místicas (además de la colaboración del argentino Nito Mestre), mientras que en El espejo encantado (1989) comenzó a ensayar la mirada urbana que predominará en muchas de sus posteriores composiciones. De ese disco destacó "No estoy en París" («No estoy en París, tampoco en Nueva York / no estoy en Berlín, solo estoy aquí / cantando esta canción»).

Convencido de sus posibilidades internacionales, el chileno preparó el disco Scaramelli no Brasil (1992), para el cual tradujo algunas de sus canciones al portugués y ofreció presentaciones en ese país. Sin embargo, el álbum nunca llegó a editarse fuera de Chile. Mejor suerte tuvo el siguiente Álvaro Scaramelli (1993), gracias a la canción "Derriba los muros". La difusión de ese álbum se interrumpió por el breve período de reunión de Cinema, experiencia frustrada y frustrante que al menos consiguió ubicar en radios el tema "Bodeguero".

Jingles y festivales
Como un músico que pretende vivir de su vocación, Scaramelli se ocupó durante los años siguientes en fuentes laborales diversas; incluyendo composiciones para teatro (la obra De bares y sueños, dirigida por José Secall en el 2000) y empresas ("Canción para Enaex"), jingles publicitarios, la administración de un pub con música en vivo y la participación en festivales. Al respecto, su marca más vistosa es la que consiguió en 1998, cuando su tema "Soy tal cual soy" se quedó con el primer lugar de la categoría internacional del Festival de Viña del Mar. Por un convenio especial establecido ese año por Megavisión, el chileno viajó a mostrar la canción al festival de San Remo, en Italia. Al año siguiente repitió el logro en el Festival de Arica, con "Dame un poquito de fuerza", y en el 2000 se quedó con el tercer lugar del Festival de Olmué, para el cual había ensayado una tonada en "Tengo ganas de contarte".

Hacia el año 2000, Scaramelli se había convertido en uno de los principales enemigos públicos del pirateo, con innumerables declaraciones contra lo que considera «un flagelo» para la industria y una de las culpables de la mala suerte comercial de su disco Canciones para la memoria (1999). Pero poco podía hacer su molestia contra un delito bien organizado, y el chileno comenzó a distraerse en derroteros profesionales inesperados. Se convirtió así en el productor y manager de Axé Bahia, el grupo-fenómeno que inició a Chile en el baile brasilero y alcanzó ventas récord con su combinación de secuencias, portugués y músculos. Pocos se enteraron de la relación, pues Scaramelli figuraba en sus discos con un seudónimo (Topinho), bajo el cual aparecía como compositor y productor de varias de sus canciones.

Junto al grupo viajó a México y España entre los años 2003 y 2004, desvinculándose por completo de su propio trabajo como músico. «Había dejado de cantar, porque estaba cansado. No estaba cómodo cantando los temas nuevos y en los últimos años sentía la presión de la nostalgia. Y eso sumado a que el último disco no anduvo bien, me anduve agotando», contó más tarde. Su último encargo antes de partir fue la composición y producción de la música para tres obras sobre fábulas infantiles, incluyendo Peter Pan y Greystok, el rey de los monos.

Poco antes de su regreso a Chile, su nombre volvió a figurar en los medios cuando la comisión organizadora del Festival de Viña 2004 eliminó su postulación, "Tempestad", por tratarse de una canción que ya había participado en un certamen egipcio. Podría haber sido un golpe anímico importante, pero para entonces el cantante tenía su energía puesta en otra parte. Preparaba para mediados del año 2005 la apertura de un centro de medicina natural (u holística), su nueva especialidad. «La música ahora es un hobby; eso me da libertad», le dijo entonces a un diario. Con ese espíritu de pasatiempo debe, entonces, analizarse su paso por el programa-competencia "Rojo Vip", el año 2005, y su triunfo en el Festival de La Serena 2007 (con la canción "Dame un segundo").

Actualizado el 19 de febrero de 2019