Desde su infancia vinculada al folclor centrino, participó en talleres y agrupaciones como bailarina, disciplina que en la adolescencia dejó para centrarse en la guitarra. En 2017 lanzó su primer trabajo autoral, una obra hecha a la medida de las precariedades. Microcosmos fue entonces ese primer ensayo sobre un folclor de mirada futurista, canciones creadas intuitivamente, definidas durante un retiro a las montañas de la Sexta Región, grabadas a guitarra y canto en un teléfono y publicadas en partidas artesanales con carátulas pintadas a mano. Una de sus primeras canciones fue "Somos", que contó con la participación de los raperos Zaturno y Sole. Más adelante presentó un segundo catálogo autoral, prácticamente en las antípodas de lo que había sucedido con Microcosmos. En Fuente (2021), Mari Ajo se decidió por una producción más elaborada, incluyendo una banda de apoyo y cruces musicales desde la cantautoría más íntima hacia el pop que acompañaron una poesía de abundantes imágenes, un nítido enfoque feminista y autobiográfico.