María Luisa Sepúlveda

María Luisa Sepúlveda
Foto: archivo Raquel Bustos Valderrama

María Luisa Sepúlveda Maira es una figura fundamental en la música chilena en los albores del siglo XX. Su nombre se asocia a la primera compositora académica de la historia, además de una pionera en la definición de género a través de sus acciones musicales. Sepúlveda es también la primera mujer investigadora y recopiladora del folclor. Además pianista, su obra autoral gozó de gran difusión y presencia en el circuito sus académicos, premios y distinciones en un período que llega hasta 1929, cuando comenzó a ser víctima de los círculos masculinos del poder institucional. Ello precipitó una dramática desaparición al ser expulsada del Conservatorio Nacional definitivamente en 1931.

Ficha

Fechas

Chillán - 14 de agosto de 1883
Santiago - 04 de abril de 1958

Región de origen

Biobío

Décadas

1910 |1920 |1930 |1940 |1950 |

Géneros

María Luisa Sepúlveda

María Luisa Sepúlveda Maira es una figura fundamental en la música chilena en los albores del siglo XX. Su nombre se asocia a la primera compositora académica de la historia, además de una pionera en la definición de género a través de sus acciones musicales. Sepúlveda es también la primera mujer investigadora y recopiladora del folclor. Además pianista, su obra autoral gozó de gran difusión y presencia en el circuito sus académicos, premios y distinciones en un período que llega hasta 1929, cuando comenzó a ser víctima de los círculos masculinos del poder institucional. Ello precipitó una dramática desaparición al ser expulsada del Conservatorio Nacional definitivamente en 1931.

Fernanda Vera Malhue

Fue hija del profesor normalista Bernardo Sepúlveda y de la poetisa Mercedes Maira. Desde la infancia recibió las influencias de sus hermanas por parte de madre, María Mercedes y Sara Moreno Maira. Toda su familia estuvo ligada a la educación, de ahí su dedicación a la docencia. No existen datos ciertos en torno a dónde ni cuándo completó su educación primaria y secundaria. Según Luis Sandoval, director del Conservatorio a inicios del siglo XX, ella ingresó en 1897 al Conservatorio Nacional de Música y Declamación para estudiar piano con el italiano Bindo Paoli y violín con José Varalla.

En 1906, en la primera distribución de diplomas profesionales, recibió su distinción de piano. Además cursó estudios de canto, violín y composición, donde fue alumna del también italiano Luigi Stefano Giarda. María Luisa Sepúlveda se convirtió en la primera mujer chilena en titularse de esta última disciplina, alrededor de 1919. En toda esa primera etapa, desde 1897 hasta 1929, su carrera estuvo muy ligada al Conservatorio Nacional de Música y fue en esta escena de música de tradición escrita donde se insertó como intérprete, compositora, recopiladora, transcriptora y arregladora. Fue reconocida por la prensa de la época por haberse aventurado en roles no comunes para las mujeres y por ocupar espacios no convencionales, según su condición y género.

En 1916 fue la primera mujer en presentarse públicamente como una de las directoras musicales de la White Orchestra, una agrupación conformada exclusivamente por mujeres, todas estudiantes y profesoras del Conservatorio. A partir de ese año Sepúlveda participó en distintos concursos de composición, ámbito en el que recibió sus primeros premios. Según indica el pedagogo ecuatoriano Emilio Uzcátegui, su "Himno al Orfeón Catalán", para gran orquesta, y sobre versos de Concha Castillo, obtuvo el primer lugar en un concurso, distinción que compartió con su contemporáneo Pedro Humberto Allende, y que presentó con el seudónimo Un Hombre Chileno. También en 1916, Sepúlveda ganó el primer lugar en el concurso de la empresa Zig-Zag con su "Bourrée". Además fue distinguida con otros premios, del Concurso del Ateneo de Valparaíso, de la Sociedad de Amigos del Arte y del Instituto de Extensión Musical de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Chile.

Esa obra temprana también considera piezas para piano, como “Himno para el orfeón catalán” y otras como su “Himno a la Moderna Mujer” (1925), su "Himno de la Cruz Roja Chilena" (ca. 1925), “Dos estudios para piano” (1924) y “Dos trozos para piano” (1929). Más adelante el catálogo de Sepúlveda, ya fuera del Conservatorio, se nutriría con obras como “La canción de las corhuilas” (1940) y “Trutruca” (1941), o las muy miniaturas infantiles para piano “Locitas de las monjas clarisas” (1952).

Exoneración, recopilación y educación
En la década de 1920 se incorporó a la recientemente fundada Sociedad de Compositores de Chile, en la que formó parte de su directorio. Pese a este activo desempeño, reconocido además por la prensa de la época, en 1929 fue exonerada de sus funciones como profesora de piano en el Conservatorio ya reformado. Se le había atribuido un “escaso resultado de su labor”. Tras una lucha por la reposición, en 1931 fue expulsada nuevamente y nunca más pudo reincorporarse a sus funciones docentes institucionales.

Las razones de fondo de su desvinculación no fueron claras, pero evidentemente hubo razones de ejercicio de poder que estuvieron en estrecha relación con factores de género, afinidad y gusto musical, que no decían relación con su capacidad profesional.

Además de su labor como compositora, donde destacó por su repertorio para piano, y para canto y piano, junto con una serie de extraviadas obras para orquesta, María Luisa Sepúlveda se dedicó a labores de recopilación folclórica.  Así fue parte de la primera generación de músicos que iniciaron expediciones al interior en busca de cantos y danzas populares, como Carlos Isamitt. Como resultado de ese trabajo publicó diversas obras en esta línea: Folklore musical infantil, Cancionero Chileno 1ª serie para canto y piano, Cancionero chileno 2ª serie para canto y guitarra y La voz del pasado, pregones antiguos, entre otras.

De esos trabajos temáticos se desprenden tonadas conocidas, como "El aire", o la zamacueca "Ay, un imposible", que Las Hermanas Loyola grabarían en el famoso LP Aires tradicionales y folklóricos de Chile (1944). Ello simbolizaría un nexo entre la pionera de la recopilación, María Luisa Sepúlveda, y la futura mayor figura de la recopilación, Margot Loyola.

Sepúlveda se dedicó también a la docencia en otros espacios educativos y para este ámbito publicó sus 14 cantos escolares a voces solas, Ronda primaveral, Ronda de paz y 2 rondas (con letra de Gabriela Mistral). En ese mismo ámbito publicó tres métodos: El amigo del niño, método moderno de piano; su Método de guitarra y su Método para la enseñanza musical del solfeo. A partir de 1951 formó parte de la Asociación de Compositores de Londres. En la actualidad su catálogo se compone de 79 obras. Falleció en Santiago en 1958, sin dejar descendencia ni rastros de sus archivos personales.

Actualizado el 30 de mayo de 2024