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En su desarrollo en la música, Fran Straube se ha valido de su innata curiosidad, pero también de estudios formales. Ingresó a la carrera de Música y Sonido en Uniacc (Santiago de Chile), y más tarde a Producción de Música Electrónica, en el nstituto SAE de Barcelona (España). El acceso a nuevos recursos de trabajo con el sonido, como el MIDI, y la exposición a conciertos de gente como James Blake la alentaron a aventurar por primera vez en la grabación y producción de sus propias composiciones. En 2014 graba el tema "Rubio", que dos años más tarde bautiza no sólo su primer EP sino que también toda una nueva identidad artística.

Se instalaron así dentro suyo nuevas inquietudes y vías de exploración; mucho más personales que ajustadas a un género de fines comerciales. La revista española Rockdelux describió el sonido de su proyección solista moviéndose «entre el pop textural, el techno minimalista y el trip-hop, pero en todos ellos siempre hay algo de folk catártico». Comentaba ella misma en esa nota:

Me he sentido sola. No sé si como identidad, porque Rubio está teniendo su propio universo, pero sí me siento sola porque no tengo un nicho. Como yo hago un poco de todo, a veces no sé dónde encajar. También es lindo, hay gente que me ha dicho que Rubio está teniendo su propio estilo y que hay bandas que me están copiando.

Desde esa plataforma elaboró primero una propuesta para cinco álbumes de corta duración que llevarían como título una letra de la palabra identitaria. Junto a Carlos Cabezas como colaborador, en 2017 presentó el primer EP de la serie, R, con las canciones "Luz" e "Indonesia", y poco después estrenó en Estados Unidos el disco U, con "Las plantas" y "El tesoro". Para marzo de 2018 ya se había completado el puzzle luego de la publicación de los EP B, I y O y esa serie de registros le permitió luego editar su primer álbum, Pez, que añadió dos canciones más: “La llamada” (con Gianluca) y “Fábula”.

Ya asentada como protagonista y con el productor Pablo Stipicic como principal aliado, consolidó entonces un trabajo en esa primera época como nombre propio que la llevó a presentarse en festivales como Lollapalooza Chile (2018, 2019 y 2022), Primavera Sound (Barcelona, 2018), Nrmal (Ciudad de México, 2019) y The Great Escape (Brighton, 2019), entre otros. Mango negro (2020), un segundo álbum anticipado el mismo año por los EP La pérdida y La existencia, la expuso como una creadora abierta además hacia la música étnica, cuyas letras hacían referencia a la naturaleza, la reflexión espiritual y hasta cierto misticismo. 

La pandemia de Covid-19 aplazó sus planes de mudanza a México, los que al fin pudo concretar a inicios de 2023, en coincidencia con la publicación de su disco Venus & Blue, que, entre otras cosas, marca su acercamiento a la composición sobre guitarra. Desde el Distrito Federal, la chilena se ha incorporado sin problemas a un ritmo profesional de actividades de proyección internacionales, con viajes frecuentes fuera a Estados Unidos, Argentina y otros países. Comentaba al respecto en una entrevista para Página12:

Cada vez que viajo, sobre todo a países que no son latinoamericanos, me enorgullece mucho ser latina. Somos una entidad más conectada, más segura. Tenemos algo en los ojitos, en la mirada, una calidez humana hermosa que agradezco. Me enorgullece mucho venir desde Chile y poder estar expandiendo mi música por el mundo. […]. Trato de llevarlo a mi discurso, a mi música, trato de hablar español en las entrevistas gringas. Siempre nos trataron de tercermundistas, y creo que se está dando vuelta la moneda heavy.