Marisol García

Varios años tuvo en mente Solo di Medina desmarcarse de sus proyectos en conjunto para realizar un álbum bailable, con raíces más orientadas al funk clásico que al hip-hop, y de vocación transversal, ojalá radiable. La idea se fue materializando en el 2007, cuando el músico encontró un interlocutor con similar desprejuicio. Junto al productor Nicolás Carrasco (Foex) tramó el material-base para Hembras de marte, un disco al que luego le irían dando forma en el estudio invitados como C-Funk, Hernán del Canto (La Pozze Latina), Ana Tijoux y Rodrigo Chepillo (Bambú). El resultado, sugerente y de temática plenamente amorosa, fue definido por el músico como «eroticoromanticón».

Víctor Flores llegó a Chile a los 17 años, luego de una infancia y adolescencia pasadas entre Colombia y Alemania Oriental debido al exilio de su padre. En la ciudad de Postdam tuvo su primera aproximación a la música negra estadounidense, «pese a que todos mis amigos escuchaban Depeche Mode y The Cure», según recuerda.

A su regreso a Chile, fue integrándose lentamente al circuito capitalino de hip-hop, y en 1996 se integró como percusionista a La Pozze Latina. Desde allí, su paso al micrófono resultó una mudanza natural y logró cumbres como el famoso single “Chica eléctrica”. Según Flores, «nada en mi música ha sido racional. En La Pozze Latina yo le daba a las percusiones, pero en vivo hacía coros y finalmente la respuesta de la gente fue mucho mejor cuando cantaba». En ese grupo, Flores conoció a DJ Raff, y su amistad derivó en la formación de DJ Raff y Solo di Medina, una dupla creativa de trabajo muy aplaudido, aunque hoy en pausa.