Tryo

En la referencia al grupo porteño-viñamarino Tryo, indefectiblemente se entra en el terreno de aquellas bandas que, más allá del impacto en el gran público, de la presencia mediática o de las afinidades estilísticas que comparta o no la audiencia, han producido aportes fundamentales a la conformación de un corpus musical chileno. Tryo está a la altura de otras bandas consulares de la década como Fulano, Electrodomésticos, Sol y Medianoche o Agrupación Ciudadanos.

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Años

Viña del Mar, 1984 -

Región de origen

Valparaíso

Décadas

1980 |1990 |2000 |2010 |2020 |

Géneros

Tryo

Integrantes

Ismael Cortez, guitarra eléctrica, guitarra acústica y voz (1984 - •).
Francisco Cortez, bajo, cello y voz (1984 - •).
Félix Carbone, batería y percusión (1984 - •).

Nicolás Carrasco Díaz

Pero en el caso de Tryo no podemos hablar directamente de rock progresivo hecho en Chile. Por dos razones. Primero, lo “progresivo” es un dato dentro de un espectro amplio de recursos a la hora de componer.  Y en segundo lugar, sin considerar la empresa musical que el grupo se imponga —y ahí radica la enorme diferencia con muchísimos otros grupos afines—, su obra parece construido para su propio contexto. Misteriosamente, en Tryo confluyen distintas fuentes externas, llámense rock, música contemporánea o folclor, pero en definitiva entrega una obra que es parte de la situación social y ambiental desde donde surge: el puerto de Valparaíso y el microespacio de creación de los tres integrantes de la banda.

Los hermanos Ismael Cortez (n. 1963, guitarra) y Francisco Cortez (n. 1968, bajo), además de Félix Carbone (n. 1964, batería) trabajaron silenciosamente y a puertas cerradas entre 1984 y 1994 como trío. Su nombre proviene de aquella asociación tripartita. En ese período pulieron una cuidada educación musical e instrumental docta de academia. Ismael Cortez estudió guitarra clásica y Félix Carbone percusión clásica en la Universidad Católica de Santiago, mientras que Francisco Cortez estudió cello en la Universidad Católica de Valparaíso. El grupo de músicos se perfiló así como una banda señera de la Quinta Región con base en Valparaíso, hasta que la colaboración con el sonidista (y luego manager) Gonzalo Herrera, profesionalizó el trabajo que hasta ahí había en el laboratorio y en un circuito de música underground.

En el período posterior a ese decenio figura entonces el trabajo incial de registro de su música a través de sus tres primeros títulos: Tryo (1996), Crudo (1998) y Patrimonio (1999). Fue ahí donde el grupo asentó su lenguaje binario: un filoso hard rock progresivo en el anverso y una propuesta de música acústica en el reverso, donde apareció el talento fino de Francisco Cortez, desdoblado al violoncello y del avanzado manejo de la marimba y el vibráfono de Carbone.

En estos discos, la caras eléctrica acústica se mostraban separadamente, conviviendo en la armonía de los polos opuestos. Y parte de la música de Patrimonio fue compuesta para un video documental destinado a apoyar la nominación de la ciudad de Valparaíso como Patrimonio de la Humanidad. 

Recordadas presentaciones porteñas como teloneros de los grupos sinfónicos y progresivos  Yes y Flairck, además de un concierto preliminar del compositor brasileño Hermeto Pascoal, adjudicaron una estatura completamente singular al grupo. Desde 1999 Tryo comenzaría entonces a internacionalizar su carrera.

Música de cámara librepensadora
Ese mismo año, la banda sorprendió al público santiaguino en el primer “Encuentro de Rock de Vanguardia Nacional: Trilogía", junto a bandas capitalinas como Fulano y Ergo Sum. Vendrán entonces una participación en el festival Baja Prog en México y ya iniciada la década de los años 2000, una gira por Europa. Su cuarto disco, Dos mundos (2002), fue registrado en Los Angeles, California.

A pesar de su extensa trayectoria, Tryo siguió confiriéndole a su música una viveza espiritual heredera del influjo experimentador de los primeros Jaivas viñamarinos y del rock progresivo libre en sus influencias. De esta forma y abiertos a la propia mutación, en su quinto disco, Viajes (2005), el grupo se muestra en un formato exclusivamente acústico con la idea de explorar todas las posibilidades de los instrumentos nobles y de las nuevas composiciones para que la música obtuviera resultados inauditos hasta ese instante.

El álbum describe viajes que van desde paisajes bucólicos hasta exploraciones en lo docto contemporáneo. A estas alturas Tryo ya no es un ensamble de cámara encubierto como power trio de rock. Más bien una orquesta hábilmente resumida en un power trio de cámara. Uno de los proyectos de música chilena más importantes y desconocidos del fin de siglo, que inauguró una línea de nuevas agrupaciones rockeras, experimentales y progresivas y acústicas porteñas como Sala del Espejo, Uñas Negras, Umbría en Kalafate, Pequeñas Partículas, Flotante o Verdevioleta.

Actualizado el 28 de octubre de 2022