Marisol García / Iñigo Díaz
La guitarra para una mano
A los 13 años de edad formó su primera banda (Los Halcones), pero su precoz entusiasmo por la guitarra tuvo al año siguiente un freno cruel, cuando un accidente le hizo perder su brazo derecho. Sin embargo, el músico no sólo insistió con su afición sino que desarrolló una sorprendente técnica de lo que alrededor del mundo se conoce como finger style y que durante toda su historia musical le permitió desarrollarse como intérprete destacado de guitarra. «Tatap» es el nombre de una técnica de golpe y rasgueo para una mano (izquierda), con la que simultáneamente realiza funciones de acorde, melodía y ritmo. Un libro con ese mismo nombre publicó el autor en 2012 para compartir las bases de su peculiar creación: Tatap: técnica para guitarra con una mano.
Su currículo incluye con cierto orgullo el dato de haber terminado sus estudios escolares en el Liceo Fiscal de San Antonio, su ciudad natal. Dos años de Filosofía en la Universidad de Chile (1972 a 1974) fueron su último contacto con la dinámica estudiantil, que abandonó para concentrarse de modo definitivo en la música. Sus estudios han sido en parte autodidactas, aunque también con clases junto a los destacados Pedro Muñoz y Guillermo Rifo, e influencias directas de toda una gama de solistas de la guitarra en la fusión contemporánea: se influenció de solistas como Ralph Towner, Robert Fripp, el brasileño Egberto Gismonti, y también del argentino Atahualpa Yupanqui y el chileno Hugo Moraga.
Luego de un tiempo de presentaciones solistas en peñas costeras, forma junto a Ernesto López (también de San Antonio) el dúo Andrés y Ernesto (luego Andrés, Ernesto y Alejaica), en el cual trabajó entre 1978 y 1984. En plena dictadura, el grupo desarrolló un atrevido rock de tintes folclóricos y progresivos, que incluso se atrevió a colar algunas metáforas de protesta política. La banda se separó en buenos términos en 1984 (no llegaron a grabar nunca un disco), cuando Godoy decidió mudarse a Buenos Aires, Argentina. Antes de partir publicó el álbum No estamos solos (1984), su debut solista.
A su regreso a Chile, en 1988 formó un nuevo grupo, El Grifo, banda de rock de la que sólo quedaron registros en vivo. A contar de 1994 se hizo parte de la formación de Los Cráneos, un grupo considerado de culto; y que mezclaba funk, hardcore y ska, siempre con la voz del poeta y músico Tito Escárate al frente. El proyecto duró cuatro años y, en paralelo, Godoy se dio tiempo para componer la obra "Especies", música instrumental para gran orquesta con un claro espíritu sinfónico, que nunca llegó a ser publicada. Su siguiente proyecto fue Andrés Godoy y la Divina Paciencia, con quienes publicó Respiro (2001).
A contar de mediados de los años noventa se incorporó como uno de los gestores principales a los esfuerzos de sindicación gremial de los músicos chilenos que derivaron primero en la creación de la ATR (Asociación de Trabajadores del Rock), y sus consecuentes compilados de grabaciones y talleres en comunas de todo Chile (en los que también colaboró de modo importante Claudio Narea). En paralelo, el músico fue desarrollando una nueva ocupación centrada en la producción musical, con trabajos para Los Peores de Chile, Sinergia, 2x, Polímetro, Los Bandoleros y la cantautora Johanna Cabrera, entre otros. Su trabajo solista como guitarrista lo ha llevado a giras internacionales de varias fechas, con viajes frecuentes a Europa.
Músico callejero para el mundo
Luego de esa época, Godoy se instaló por dos meses en California, como músico callejero en ciudades como Los Angeles, San Francisco o San Diego. Un encuentro con la guitarrista norteamericana Jocelyn Celaya sería determinante en su ingreso al circuito mundial del finger style, subgénero musical que reúne a guitarristas clásicos, de folk, jazz y rock que exploran otras opciones de la guitarra acústica, donde han brillado exponentes globales como el francés Bob Bonastre, el italiano Walter Lupi, el finlandés Petteri Sariola y el alemán Peter Finger, uno de los más importantes de la historia en este estilo.
Andrés Godoy ingresó a ese circuito con la técnica «tatap», que produjo impacto entre los cultores y el público. Desde entonces, el chileno ha sido un nombre presente en festivales y encuentros de la comunidad del finger style, realizando dos o tres giras al año por Asia y Europa. Uno de sus hitos en el recorrido fueron el concierto que dio en Japón a fines de 2016, como guitarra solista junto a la Orquesta Filarmónica Geidai, conducida por Isao Matsushita, en el gran Teatro de la Universidad de Tokio, donde ejecutó dos piezas históricas: "Hijo-ja" y "Ángeles y mosquitos".
En 2020, mientras se encontraba ofreciendo una serie de 18 conciertos en países como Alemania, Francia o República Checa, Andrés Godoy lanzó un disco titulado Éxitos que nunca fueron, en el que volvió a grabar sus obras para guitarra sola y una mano.