La Patogallina Saunmachín

La Patogallina Saunmachín
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Ha sido como una extensión natural del trabajo teatral de La Patogallina su propuesta musical, si bien no puede considerársele exactamente una banda. Su historia los ha puesto al servicio de montajes en los que la música tiene una función relevante, y que incluso ha dado pie a levantar durante un tiempo grupos con nombres como La Patogallina Saunmachin, La Banda del Kazuela y La Cumbia de Patricio Cobarde. Desde al año 2000, sus actores-músicos decidieron hacer canciones propias, con influencias diversas y vivísima muestra en directo. Su producción discográfica es exigua pues han sido el escenario y la calle, y no el estudio, su ambiente natural de trabajo. De sus muchos y cambiantes integrantes se mantiene Martín Erazo en la dirección.

Ficha

Años

Santiago, 2000 -

Región de origen

Metropolitana de Santiago

Décadas

2000 |2010 |2020 |

Géneros

Integrantes

La Patogallina Saunmachín

Ha sido como una extensión natural del trabajo teatral de La Patogallina su propuesta musical, si bien no puede considerársele exactamente una banda. Su historia los ha puesto al servicio de montajes en los que la música tiene una función relevante, y que incluso ha dado pie a levantar durante un tiempo grupos con nombres como La Patogallina Saunmachin, La Banda del Kazuela y La Cumbia de Patricio Cobarde. Desde al año 2000, sus actores-músicos decidieron hacer canciones propias, con influencias diversas y vivísima muestra en directo. Su producción discográfica es exigua pues han sido el escenario y la calle, y no el estudio, su ambiente natural de trabajo. De sus muchos y cambiantes integrantes se mantiene Martín Erazo en la dirección.

Marisol García

Tributos y antihomenajes
El nombre de La Patogallina proviene de un rayado callejero, que para muchos representaba la idea de un descontento en el primer año del regreso a la Democracia: "Patogallina" sería una expresión de repudio al Presidente Patricio Aylwin y su cautela en un programa político de acuerdos con los representantes del régimen anterior, que no hizo eco de las expectativas de una gran parte de la sociedad entonces.

Desde sus inicios, el estilo de La Patogallina como compañía teatral fue calificado de «teatro-punk», debido al gran protagonismo de la música en sus destemplados montajes. Por eso, el nacimiento de una banda asociada a sus obras fue un paso natural, concretado en el año 2001 cuando el colectivo acumulaba ya cinco años de rodaje. El actor y músico Martín Erazo (ex EntreKlles) tenía algunos versos a los que sus compañeros estuvieron encantados de sumarles arreglos colectivos. Fue saliendo así un «collage enorme», en sus palabras; mezcla de rock, bolero, tango y folclor, además de dosis de humor suficiente para dedicarle, por ejemplo, una canción al sufrido Marco (el niño dibujado en De los Apeninos a los Andes) o un antihomenaje a la experta en moda Beatriz Vicencio.

La observación social ha sido un ingrediente ineludible de canciones que el grupo ha llevado a cárceles (fueron parte del proyecto Rock&Rejas), tomas escolares, y tributos a Miguel Enríquez o Víctor Jara. En el extranjero cuentan con presentaciones en Francia, España, Brasil y Suiza.

Al reverso de su primer disco —el EP Perdónalos, no hacen lo que saben— se lee: «Permitida la copia, préstamo, canje y reproducción en todos los formatos posibles. ¡Mata la industria!». Por razones como ésa, se entiende que la banda no tenga una discografía que pueda considerarse convencional. Hasta ahora, sus dos únicos CD son Ojos de tolueno (2006) y Chile (2011).

Parte del colectivo ha animado hasta ahora también las bandas La Cumbia de Patricio Cobarde y La Banda del Kazuela. Si la primera se define como un conjunto de cumbia, la segunda se ha presentado en jardines infantiles y cumpleaños como una agrupación infantil. Todo cabe y todo sirve en la inquieta dinámica de un colectivo de características únicas en el país.

Actualizado el 14 de febrero de 2022