Paula Herrera

Cantautora moderna que se inspira en la raíz folclórica, Paula Herrera comenzó actuando con el pseudónimo de Amarantha para no ser confundida con la "hermana menor" de uno de sus padrinos musicales, Pablo Herrera. Pero al comenzar la década de 2010 recuperó su identidad, dejó atrás el pop y la balada de sus discos Sueño de vida (2008) y Once (2009), y tomó definitivamente el camino de la canción de autor expuesta en un álbum que marcaría ese quiebre decisivo: Verde y celeste (2011).

Fechas

Santiago - 23 de agosto de 1977

Región de origen

Metropolitana de Santiago

Décadas

2000 |2010 |2020 |

Géneros

Iñigo Díaz

Nació en Santiago pero se crió en Curicó. En 1995 se instaló en la capital para estudiar Publicidad y al mismo tiempo adiestrarse vocalmente con la maestra Alicia Puccio. En 1998 su interés por el canto pasó a ser una motivación profesional. Paula Herrera se integró a la Escuela Moderna de Música (con las profesoras Olga Torres, Lorena Pualuan y, sobre todo, con Gloria Pérez). A patir de ahí Herrera comenzó a practicar apariciones de repertorio abierto (balada, bolero, canción latina, canción pop) en locales, pubs, hoteles y festivales, y alternó su posición de cantante con actriz de teatro. Fue la primera egresada de canto popular en este escuela.

Su aparición en la música coincidió con la época de un circuito poblado por figuras del TV pop con fuerte presencia mediática. En esos comienzos, Paula Herrera se vinculó a este ambiente en sus colaboraciones como corista de Mario Guerrero, Douglas y Pablo Herrera, y además con el trabajo junto al productor Juan Carlos Duque que se convirtió en su primer disco.

En 2007 tomó la palabra griega Amarantha (cuyo significado es “que nunca se marchita, que siempre está viva”), con que apareció en la portada de Sueño de vida (2008), un trabajo ajustado en el pop de cruces con elementos de la música electrónica, el hip-hop y la canción romántica, a través de piezas de autoría y coautoría como “Que el amor duela tanto”, “Nada detiene”, “Viaje por el mar” o “Todo está oscuro”. No tardó demasiado en retomar las posiciones y entonces compuso gran parte del material del disco Once (2009), trabajado con el productor Pablo González y el pianista de jazz Américo Olivari (con quien coescribió "Ya no más"), donde incluyó además de una pieza de Javier Barría ("Corté cuerda") y una versión de "Deja la vida volar", de Víctor Jara, en clave pop.

El vuelco sobrevino casi abruptamente. En 2010, dejó las grandes formaciones instrumentales en sus conciertos y se reubicó como compositora de canciones a partir de la guitarra. Con nuevo material, que ya se esbozaba desde su segundo disco, la cantautora salió de viaje a Barcelona para mostrar allá el repertorio, ahora con el nombre de Paula Herrera e integrada a la camada de mujeres conocidas como "violetaparristas" (inspiradas por los discrusos poéticos y musicales de Violeta Parra 40 años después de su muerte). Verde y celeste (2011) mostró ese lado, con canciones de raíz folclórica sureña como "Ayayai", "Canción pa' cuando te vaigas", "14 segundos", "Voy y vuelvo" y "verde y celeste", entre otras.

Menos de un año después, Paula Herrera ya había reunido nuevo material en esta misma línea para publicó el disco La discreción del caracol (2012). De ese repertorio extrajo la canción "Con el zapatito, con el zapatón" (en su origen titulada "Manzanita (zapatito zapatón)"), pieza que llevó a la competencia folclórica del Festival de Viña del Mar de 2013 y con la que obtuvo la Gaviota de Plata, tal como antes lo habían hecho otras chilenas: Tita Parra (2009) y Valentina Sepúlveda (2011). Más tarde, Paula Herrera realizó viajes por Guatemala y México, donde obtuvo nueva inspiración para su trilogía de discos autorales de trova moderna, que finalizó con De la rosa y el espino (2016).

Actualizado el 02 de junio de 2020