Jorge Martínez

Jorge Martínez
Foto: Archivo de Álvaro Menanteau

Jorge Martínez

El saxofonista y clarinetista Jorge Martínez es el primer “martir del jazz”. Murió en 1939, a los 27 años, y en sus escasas tres y media temporadas sobre los escenarios marcó el camino para toda una generación posterior de músicos que habrían de reconocer en este músico a un solista único, estéticamente adelantado a la época que le tocó vivir en un jazz chileno que daba apenas sus primeros pasos. Es el antecesor directo de Mario Escobar, el tenorista que finalmente expandiría el jazz en los años '40.

Fechas

1909-1936
Santiago

Región de origen

Metropolitana de Santiago

Décadas

1930 |

Géneros

Grupos

Jorge Martínez

Iñigo Díaz

Según cuentan las crónicas y expone la investigación del musicólogo chileno Álvaro Menanteau, Historia del jazz en Chile (2003), que Martínez trabajó durante gran parte de su vida como electricista. Sólo algunas apariciones como aficionado lo acercaban al jazz, aunque siempre fue un ávido auditor de las magníficas orquestas jungle y swing de directores como Duke Ellington y Cab Calloway.

En 1933, a la edad de 22 años, dejó su trabajo profesional para convertirse en una de las figuras de la orquesta de Pablo Garrido, a la que arribó cuando ésta triunfaba en el lujoso local capitalino llamado Lido. Martínez tomó la plaza de otro brillante saxofonista, el vasco Julio Sein, quien se había radicado en nuestro país.

De inmediato su sonido y presencia sorprendieron entre los adeptos al llamado “jazz melódico” (de arreglos de atril y swing bailable). Martínez tocaba en otra frecuencia, muy más allá de las escasa referencias nacionales disponibles por entonces, y que posteriormente sería asociada al “hot jazz” (variante improvisacional de los años '40 con una nueva generación de jazzistas). A pesar del deficiente saxo alto que tocaba, Martínez logró dominar técnicas de expresión y notorios efectos. Para muchos tocaba como un solista negro, dado su sonido macizo y expresivo fraseo.

Falleció en 1939, según acredita Menanteau, mientras aún actuaba con la orquesta de Garrido. Fue investido por su director, quien además era un estudioso del jazz y gran documentador, como el más alto exponente chileno del saxofón durante el período. Y no sólo eso: Martínez dio las primeras señales para el nuevo jazz de improvisación, entregando el mando del instrumento a quien sería prontamente el más influyente de todos los saxofonistas en nuestra historia: Mario Escobar.

Actualizado el 02 de febrero de 2016