Marisol García

Dos temas importados de Europa sostuvieron el primer single de Nadia Milton, en 1960: “Scoubidou” había sido popularizado por el francés Sasha Distel y “Un poco”, en la cara B, era un hit del Festival Eurovisión del año previo. Con dirección orquestal de Valentín Trujillo y coproducción de Ricardo García, el tema potenció la proyección de una chica atractiva y atrevida, que no tuvo problemas en aceptar fotografías para publicaciones masculinas. Según consigna Fabio Salas en el ensayo La primavera terrestre, «Nadia Milton fue la primera sex-symbol del pop nacional, llegando incluso a posar en bikini para la revista Can Can, lo que le valió la expulsión del Liceo de Niñas n°5, donde estudiaba».

Milton había nacido en Nápoles, Italia, con el nombre Najda Zajc, pero llegó a Chile como niña junto a sus padres. Su inquietud musical se encauzó primero en grabaciones infantiles junto a la orquesta de Larry Godoy, y resultó luego pionera para el nuevo movimiento de pop juvenil que hacia fines de los años cincuenta planeaba el productor Camilo Fernández. Nadia Milton y Peter Rock pueden ser considerados, con propiedad, como los primeros nuevaoleros de nuestra música.

Luego de la edición del single “Momentos maravillosos”, la pista de Nadia Milton se pierde entre viajes a Argentina (donde se presentaba con el nombre de Amalia), Perú (allí grabó, al menos, el single “No tengo edad para amarte”, de 1964) y México, donde se instaló de modo definitivo e hizo carrera como actriz, participando en varios largometrajes junto a estrellas como José José.