Roberto Inglez
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Roberto Inglez
Viajes entre Europa y América, y notables asociaciones musicales marcaron la peculiar vida del pianista Roberto Inglez, uno de los mejores arregladores de orquesta que en Chile se vinculó a la música popular, y conocido sobre todo por su colaboración de años con Lucho Gatica. Como puede sospecharse a partir de su curioso apellido artístico, Roberto Inglez se hizo famoso con un seudónimo, pues fue como Robert Inglis que nació y creció en la lejana Escocia. Con su nombre verdadero se granjeó el primer prestigio artístico en su ciudad natal (junto a la banda The Melodymakers) y, más tarde, en Londres. En 1937 había conocido al músico de ascendencia venezolana Edmundo Ros, destacado arreglador que recién llegaba a la capital inglesa y que de inmediato reclutó a Inglis como pianista.
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Marisol García
Un británico en Sudamérica
Más tarde, el escocés destacaría en la dirección de la banda «latina» estable del Savoy Hotel, con la cual comenzó a grabar exitosos discos para el sello Parlophone a partir de 1945. En 1952, Inglez y su orquesta de treinta músicos realizaron su primera gira a Brasil, para muy lucrativas actuaciones en Río y Sao Paulo.
Inglez emigró a Chile ya como un músico adulto y experimentado. Era marzo de 1954 y el escocés llegaba a Santiago no sólo detrás de Patricia Palma —funcionaria de la embajada chilena en Londres y su futura esposa—, sino también de Lucho Gatica, a quien había conocido en la capital inglesa y con quien conversó la posibilidad de hacerse cargo de sus grabaciones. Definió la mudanza como un paso natural: el músico estaba convencido de la afinidad espontánea entre su carácter europeo y los ritmos de baile latinoamericanos. Junto a Lucho Gatica afirmó entonces una sociedad de presentaciones frecuentes al menos durante 1955 y 1956, en escenarios de Argentina, Uruguay, Brasil, Perú, Ecuador, Colombia, Cuba y Estados Unidos.
Roberto Inglez y su Orquesta Romanza animaron infinitas noches de Santiago, Nueva York y Madrid, y fue con la voz solista de Monna Bell que alcanzó sus cumbres de popularidad durante la década de los cincuenta (fueron la banda estable del hotel Waldorf-Astoria, en Manhattan, durante al menos un año). Inglez fue un nombre habitual en el circuito nocturno español, y grabó allí varios LP, además de consagrarse en clubes legendarios, como el madrileño Pasapoga. Pese a sus orígenes, no quedan dudas de su preferencia por el repertorio latinoamericano, y sus grabaciones combinan boleros, mambos y sambas, tanto con Monna Bell como con otras solistas destacadas, como la brasileña Dalva de Oliveira (con la cual grabó diecisiete discos-single), el intérprete boliviano Raúl Shaw Moreno y el grupo de la Nueva Ola Los Rockets.
El quiebre con la cantante chilena (quien luego destacó como solista en España y México) apuró su regreso a Santiago, donde a Inglez no le faltaban los encargos. A principios de los años sesenta llegó a ser director de radio Portales (allí apoyó la carrera inicial de Palmenia Pizarro y de Ramón Aguilera) y, más tarde, quedó a cargo del sello IRT, entonces nacionalizado (fue él quien fichó a Zalo Reyes, por ejemplo, aunque años antes de los hits en radio y televisión del conchalino). Fue su última responsabilidad profesional: Inglez falleció en Santiago en 1977, y hoy internet ubica sus discos de colección junto a los de arregladores tan fundamentales como Xavier Cugat.