Nano Parra

En el nutrido panorama de cueca urbana, Nano Parra marca al menos dos distinciones: ha sido uno de los cuequeros más vendedores de la historia de Chile, con canciones y discos que hacia fines de los '60 aportaron a la difusión masiva del género. Por otro lado, su interés en que las composiciones reflejaran sus observaciones callejeras fortalecieron un estilo que luego pasó a ser socorrido por otros autores como marca de carácter. Él asegura ser el primero en haber usado el concepto de «cueca chora».

Fechas

Curacaví - 20 de septiembre de 1937

Región de origen

Metropolitana de Santiago

Décadas

1960 |1970 |1980 |1990 |2000 |2010 |

Géneros

Nano Parra

Marisol García

Canto en familia
Hijo de la folclorista Hilda Parra, y rodeado desde niño de los geniales códigos populares y creativos que distinguieron a tíos suyos como Violeta, Roberto, Lalo y Nicanor, Fernando Nano Báez Parra se formó con el canto chileno como una expresión natural. En la adolescencia entró a un estudio de grabación para aportar con su voz al disco Las cuecas de Roberto Parra (1965), el clásico debut en el disco de un hombre que lo llenó de lecciones sencillas pero efectivas en torno a la composición y el canto.

Sin embargo, esa observación cercana del oficio artístico lo había hecho también consciente de las dificultades que éste traía cuando se buscaba sostener con él la vida. Por eso, evitó por años llevar su canto a escenarios. Trabajó en oficios diversos durante su juventud, y terminó empleado por LAN-Chile como maletero en el aeropuerto de Cerrillos. Cuando fue despedido, su madre supo que había llegado el momento de buscar suerte en la música, y lo llevó a conocer a Rubén Nouzeilles, el visionario ex director artístico del sello Odeón.

«Tu mamá me ha hablado mucho de ti. Me gustaría escuchar qué haces. Te doy tres meses para que te compongas unas quince cuecas», le pidió el ejecutivo. «”Ya, pues”, le dije yo. Ya tenía las lecciones de mi tío Roberto, un hombre maravilloso. Con eso me bastaba. De ahí me fui de un viaje».

Personajes del hampa, como «El loco Pepe», y anónimos de los bajos fondos de Santiago y Valparaíso ocuparon las primeras cuecas compuestas por Nano Parra en su juventud. Era un mundo que él conocía de cerca, por su gusto por la noche y el ambiente del pool. El músico consideró atractivo nutrirse de éste no sólo en personajes sino también en lenguaje y en humor. «Yo vivía en un barrio bravo, en Lira con el Zanjón de la Aguada, y quería cantarles a los personajes que conocía. Por eso en ese primer disco están “El loco Pepe”, “El cabro Honorio”, “El Vivo El Ojo”, “Flaites del puerto”».

Cuando llevó a EMI la idea de ese primer disco sugirió que el título fuese Cuecas choras. Sin embargo, a nadie allí pareció convencerle un concepto entonces desconocido, probablemente imposible de promocionar. «El concepto de cueca chora fue de mi creatividad», asegura por eso el cantautor.

Veinte cuecas con salsa verde fue en definitiva el nombre de ese álbum debut editado por EMI-Odeón en 1967, y atribuido al Trío Los Parra, el conjunto que Nano formó un tiempo junto a su hermana María Elena y su madre; y en el que también colaboraron algunos de sus célebres tíos. Más tarde, y ya como artista fichado por RCA-Víctor, vendrían Contrapunto de cuecas choras (1969, también junto a su hermana María Elena), Lolos marihuaneros y otras cuecas choras (1970), Un racimo de cuecas choras (1972) e incluso, luego del Golpe de Estado, Cuecas choras de toque a toque (1975). Parra ha buscado dotar a sus composiciones de vínculos cotidianos, y desde los años noventa se encuentran discos suyos con cuecas «futboleras» y hasta «faranduleras».

La discografía completa de Nano Parra es hoy difícil de pesquisar —él la calcula en más de treinta títulos—, pues no ha sido reeditada en CD. Se ha ocupado no sólo en cuecas, sino también en coplas, tonadas, sirillas y tangos, plasmados en discos como Canto a mi pueblo (1971), Versos para un nuevo día (1973) y ¡5x8…= 60…! (1975). De todo ese cancionero, probablemente sea “Mi velorio” su tema más conocido, un tema presentado (luego descalificado) por Nano Parra y Los Patricios a la competencia folclórica del Festival de Viña del Mar de 1971.

Ocupado hace décadas en la administración de una peña con su nombre que hoy está en el barrio Bellavista, Nano Parra sigue siendo un autor e intérprete activo, cuyas antiguas grabaciones resultan vitales para el seguimiento al folclor urbano inspirado en los barrios de Santiago.

Actualizado el 26 de noviembre de 2018