Patricio Liberona

Se inició en conjuntos de raíz folclórica a fines de los años '60 y ha desarrollado gran parte de su trabajo en los escenarios de la música, pero Patricio Liberona siempre ha mostrado la inquietud por rebasar esos límites, y puede considerarse un cantautor de oficio intermitente. El teatro, la actuación, la escritura, la pintura, la escultura y los guiones son oficios que ha desempeñado este autor, un hombre que tras integrar desde 1970 uno de los jóvenes conjuntos de la Nueva Canción Chilena en Los Moros, fue parte como solista de los años del Canto Nuevo, pero ha dejado el grupo de su trabajo impreso en formatos diferentes al del disco.

Patricio Liberona

Verónica San Juan

El sueño del cowboy
La raíz folclórica vivía un auge en Chile cuando Patricio Liberona integró en 1968 su primer grupo, Los de la Trilla, un conjunto de teatro, música cantos y danzas. Con ellos grabó el LP Cantos y danzas de Chile, que quedó como un preámbulo para la carrera más extendida de su siguiente grupo, Los Moros.

Activos entre 1970 y 1976 con músicos como Jorge Yáñez y Eugenio Moglia, Los Moros grabaron tres LP y dos singles con populares versiones para versos de poetas como Andrés Rivanera y Rubén Darío. En 1972 actuaron en el show internacional del Festival de Viña, certamen al que volvieron como parte de la competencia en 1976, cuando ya Liberona se encaminaba hacia su trabajo como solista.

Eran los días de formación del movimiento que en los años '80 se consolidaría con el nombre de Canto Nuevo. Pero más allá del perfil de cantautor compartido por la mayor parte de sus colegas, Patricio Liberona sumó otras disciplinas en obras como el musical "El Cristo del pentagrama" (1981) y "Huichipirichi" (1982), donde mezcló teatro, canto, pintura, danza, escultura, mimos y poesía.

En sus presentaciones de ese tiempo el cantante popularizó canciones como "El sueño del cowboy", fiel a la inspiración teatral y hasta cinematográfica de su repertorio. Y además de tocar en el circuito de peñas y centros culturales de la época, no dejó de incursionar como compositor en la TV. Su canción "Cuando cruzas la puerta" fue defendida por la cantante Capri en el Festival de Viña en 1981, y entre 1982 y 1984 él mismo compitió como autor y cantante en sucesivas versiones del programa "Chilenazo".

Teatro-concert y cuento-canción
Ya contaba con esa experiencia cuando empezó a grabar. Su discografía, editada en el formato de cassette imperante en la época, comienza con Que viva (1985), seguida de El gustito que me da (1989) y Confieso que he soñado (1990). Liberona compuso además el himno de la Confederación Nacional Campesina en 1988, sin descuidar sus otros flancos artísticos.

En teatro debutó con su obra Nuestro Carlos (1978), protagonizada junto a Jorge Yáñez, basada en la vida y la obra del poeta Carlos Pezoa Véliz y con la participación de Nicanor Parra. Siguieron, entre otros, montajes como Consejos para cruzar una calle (1979), sobre la condición de la ceguera, la más contingente El negro país de los arcoiris (1985) y algunos teatro-concert escritos y protagonizadas por él.

En paralelo creó junto a María Cristina Yáñez su serie de exposiciones de escultura en palos de helado, inaugurada en 1983. Más tardía ha sido su dedicación a la pintura, también desplegada en exposiciones.

Su disco Cuentos universales musicalizados (2001), editado junto a la cantante Viviana Ferrer, adaptó una serie de narraciones de autores como Cortázar, García Márquez, Tagore, Benedetti, Chejov, Alberto Edwards y Ray Bradbury. Otra muestra de la inspiración múltiple de Patricio Liberona.

Actualizado el 11 de marzo de 2020