Isabel y Ángel Parra

Isabel y Ángel Parra
Foto: Demon

Aunque ambos cantautores se han destacado en sus respectivas carreras solistas, Isabel Parra y Ángel Parra formaron, también, un exitoso dúo, y bajo ese nombre publicaron sobre una docena de discos desde mediados de los años '60. Su trabajo en vivo se hizo leyenda a través de la Peña de los Parra, en Santiago de Chile, y se extendió bien entrados los ochenta durante el exilio de ambos en Europa. Juntos y por separado, sus nombres se enlazan con lo más trascendente del movimiento de Nueva Canción Chilena.

Ficha

Años

París, 1962 - 1985

Décadas

1960 |1970 |1980 |

Géneros

Integrantes

Isabel Parra; voz, cuatro venezolano, bombo legüero (1962 - 1985)
Ángel Parra; voz, charango y guitarra (1962 - 1985).

Isabel y Ángel Parra

Aunque ambos cantautores se han destacado en sus respectivas carreras solistas, Isabel Parra y Ángel Parra formaron, también, un exitoso dúo, y bajo ese nombre publicaron sobre una docena de discos desde mediados de los años '60. Su trabajo en vivo se hizo leyenda a través de la Peña de los Parra, en Santiago de Chile, y se extendió bien entrados los ochenta durante el exilio de ambos en Europa. Juntos y por separado, sus nombres se enlazan con lo más trascendente del movimiento de Nueva Canción Chilena.

Marisol García

Entre Santiago y París
El dúo entre Ángel e Isabel Parra se formó de un modo casi espontáneo durante las giras de su madre, Violeta, por Europa. En los años sesenta, los jóvenes hermanos se hicieron parte del circuito musical en torno al Barrio Latino de París, siempre con la intención de presentar un tipo de canto popular «no estereotipado, capaz de mostrar los matices de América Latina», en sus palabras. Integraron a su repertorio canciones del folclor venezolano, peruano, cubano y chileno. A su regreso a Chile, continuaron con su labor interpretativa en paralelo a la de su autoría. El dúo popularizó en Chile títulos como "A desalambrar", del uruguayo Daniel Viglietti, y "Rió Manzanares", clásico del folclor venezolano.

Su regreso a Chile los motivó a fundar y hacerse cargo de un lugar propio para la acogida de la nueva música chilena, tal como lo habían visto en las boites parisinas. Nació así, en 1965, la Peña de los Parra, escenario fundamental para el despliegue de lo que más tarde se conoció como Nueva Canción Chilena. Isabel y Ángel Parra ejercieron allí de anfitriones y animadores constantes, mostrando tanto su trabajo de cantautoría solista como el repertorio preparado a dúo. Según Isabel Parra, «el repertorio que trabajábamos tenía un contenido humano y social, tratado con la vitalidad de los ritmos y melodías latinoamericanos. Las letras eran creadas a partir de la poesía popular universal que rescatábamos. La simplicidad de dos voces, de hombre y mujer con timbres muy diferentes, fascinaron a todos, especialmente a nuestra mamá, que era nuestra admiradora número uno».

El Golpe de Estado de 1973 separó temporalmente el trabajo de ambos hermanos, quienes vivieron su primer exilio en destinos separados (Ángel en México; e Isabel, en Cuba y Alemania Oriental). Cuando ambos se reunieron en París, Francia, se reafirmó su trabajo conjunto. Durante todos los años ochenta, y hasta el regreso de Isabel Parra a Chile (en 1987), el dúo de Isabel y Ángel Parra fue presencia permanente en festivales europeos y encuentros de solidaridad con Chile. Su labor solista ha ocupado sus respectivas carreras en el último par de décadas, si bien el dúo se encuentra para puntuales presentaciones en vivo, como la que ofrecieron en 2007 cuando se inauguró la muestra permanente de arpilleras de Violeta Parra en el Centro Cultural Palacio La Moneda o en 2015, tras la inauguración del Museo Violeta Parra. Su valiosa labor de difusión internacional de nuestra música fue reconocida en 2007 con el Premio Presidente de la República, mención Folclórica.

Actualizado el 15 de marzo de 2017