Magdalena Matthey
Foto: Magdalena Matthey durante la presentación en vivo de Lo más cerca posible (foto: Matías Lorenzo).

Magdalena Matthey

Así es el nuevo concierto de la cantante, sobre su disco Lo más cerca posible.

miércoles 28 de febrero de 2018

Mira un resumen del concierto

Escucha Lo más cerca posible (2017)

Revisa el disco destacado en la Antología 2017 de MusicaPopular.cl

En lo inmediato, el título del nuevo disco de Magdalena Matthey alude al valor de estar cerca. En el largo plazo, más de tres décadas de actuaciones y grabaciones han probado que esa misma cercanía es la mejor manera de apreciar sus sutilezas como creadora y como intérprete.

Pero tan buena como esa proximidad, o mejor incluso, por lo excepcional, es la opción de ver a la cantante chilena desplegada sobre un escenario de mayor calado, y asistir al modo en que sabe amplificar a gran escala esas mismas sutilezas. Así lo ha hecho en el concierto de presentación de ese disco reciente, Lo más cerca posible (2017), con un estreno en el Teatro Nescafé de las Artes en noviembre pasado y con un logrado espectáculo listo para viajar por diversos teatros del país.

Retratos vivos de un mundo migrante
En Lo más cerca posible, su octavo disco, Magdalena Matthey da unos buenos pasos inéditos en su carrera como autora y compositora. Ya reconocida por su vocación en la música latinoamericana, ahora se interna también en sonidos más urbanos, ligados al jazz y al pop incluso. De partida están la intimidad de “Si esto es amor”, la ternura de “Ojitos lindos” y la emoción de “Quédate conmigo”, canciones vestidas con delicadeza entre notas de piano, violín o guitarra, a tono con esa mayor cercanía posible anunciada en el título del disco.

Pero a la vez un revestimiento sonoro mayor se oye entre la guitarra y el piano combinados en la armonía de “Bella felicidad” sobre las plumillas de Tilo González en la batería. Luego una propuesta de fusión más nutrida suena en “Mama, dónde estás”, para una letra de fábula conmovedora, inspirada en el instinto de un ballenato que toma a una barca por madre tras quedar huérfano. Y el borde más lanzado del disco es ese jazz casi callejero de “En las calles del mundo”, con notas de saxo y guitarra eléctrica rockera y con un estribillo de intención pop compartido entre las voces Magdalena y Nano Stern como cantante invitado.

Igual pasa en vivo. El influjo latinoamericano vive en el ritmo de joropo que Magdalena Matthey pulsa desde las cuerdas del cuatro en “Que palpita el corazón”, trenzada en un diálogo de cuerdas con la guitarra de Simón González y con el pequeño festival personal que es el modo en que agita las semillas de las maracas el percusionista Luis Barrueto. Luego vendrán otros cruces e híbridos: cruces de timbres y cuerdas literales del mundo, entre el sitar de Simón González y la guitarra que nuevamente toca la propia Magdalena mientras pone a rimar esas sugerentes palabras esdrújulas de “Preciso amar”, sumadas a las cuerdas de Javier Prieto en violín y Federico Faure en contrabajo.

Acústica y eléctrica a la vez reaparece la fusión en “Dónde está tu casa”, canción que nace sobre un tramado de notas de guitarra eléctrica y que en el estribillo se transforma en un episodio de armonías jazzísticas y luego soneras o salseras gracias al despliegue de Sebastián Almarza en el piano, todo al servicio de versos como “Hablas con tu madre / lloras por tu hermana / Dónde está tu vida / dónde está tu casa”. Más adelante vendrá el encuentro entre el mismo son caribeño del piano con el solo de guitarra eléctrica y un frente de tres saxos sobre el compás irregular de “Yo la llamo identidad”. Son retratos vivos de un mundo migrante que captura aquí y ahora Magdalena Matthey, y es coherente que una fusión similar recorra estas canciones, porque fusión musical es sinónimo sonoro exacto de migración y mestizaje.

En medio ha pasado una versión preciosa a trío de “Era una rosa” (del cuarto disco de la cantante, Afuera, de 2007) a trío de voces y guitarras entre Matthey, Elizabeth Morris y Paz Mera: momento para atesorar de esta noche. Y el concierto termina en fiesta con el ritmo bailable de “Gracias por tu amor”, otra de las canciones nuevas, con un frente cuatro bronces, guitarra y bajo eléctricos, armonías lujosas de bolero en el piano disonante de Almarza, un solo de clarinete de Andrés Pérez y un tocado de frutos y flores multicolores sobre la cantante para invitar al baile. Luego de años de verla a solas con voz y guitarra o en la intimidad de un dúo o un trío de músicos, Lo más cerca posible es la oportunidad de escuchar a Magdalena Matthey en una versión ampliada y de apreciar cómo cada canción crece en esa dimensión colectiva, sin que pierda la cercanía enunciada en el nombre y lograda en vivo en este concierto (David Ponce).