Ópera nacional. Así la llamaron 1898-1950

Autor(es):

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Ediciones Universidad Alberto Hurtado / Santiago

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Nº de páginas:

420

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Rayén Quitral


Ópera nacional. Así la llamaron 1898-1950

Estudioso de la ópera y profesor universitario, pero también él mismo un intérprete, el autor de este libro revisa lo que considera el desconocimiento y marginación de la ópera chilena en el general de investigaciones sobre arte en nuestro país, en parte causa de «la falta de desarrollo que luce el género en esta tierra», según se explica en la presentación. Es valiosa la detención específica en el panorama local, en sus obras, intérpretes y compositores; así como en sus desventuras (es elocuente una de las citas, del compositor Fernando García, escogidas como epígrafe: «Los músicos nacionales no componen óperas para no morirse angustiados pensando en que su obra nunca fue estrenada»).

Explica inicio Gonzalo Cuadra en el prólogo:

¿Qué entenderé por «ópera chilena»? Aquella compuesta por músicos nacidos y formados (ya fuere de manera institucional, particular o autodidacta) en Chile, como también aquella compuesta por extranjeros que, llegados a temprana edad, tuvieron igual aprendizaje musical, permaneciendo en nuestro país durante el desempeño de su profesión musical […]. ¿Por qué el período 1898-1950? La fecha inicial es más evidente: no se conservan partituras de óperas chilenas anteriores, llámense La Florista de Lugano, las primeras de Raoul Hügel o la supuesta de Orrego. Desde allí busco cubrir cerca de cincuenta años, coincidente con la visión académica de que es en ese período que se asienta, cimenta y florece la música docta en Chile, al igual que las instituciones e instancias modernas para su desarrollo.