Aunque el foco de este estudio de la académica chilena pretende ser el movimiento conocido como Canto Nuevo, su tratamiento es amplio, y llega, incluso, a detenerse durante varios capítulos en el análisis del concepto general de «música popular». Díaz-Inostroza presenta en la introducción su libro como «un ensayo (que) intenta develar en qué consistió el Canto Nuevo chileno y quiénes fueron sus protagonistas, en una especie de acto de redención». Se evidencian así los vínculos del movimiento con la precedente Nueva Canción Chilena, se detallan las características biográficas de sus más sonados exponentes y se resalta el inevitable vínculo con la expresión artística bajo dictadura.
Según la autora, «con la desaparición del Canto Nuevo, a mediados de los (años) ochenta, no desaparece el canto trovadoresco chileno, expresión que hoy se está denominando fuertemente como «canción de autor», pues éste va a estar siempre presente en cualquier sociedad».