Sólo porque soy viejo

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Sólo porque soy viejo

Para el programa Chiletcétera, Hugo Arévalo desarrolló esta otra "canción filmada" con Roberto Parra, en lo que es el gran antecedente del videoclip en Chile: Grabaciones en 16 mm, en una jornada, y con un tiempo limitado de unos 20 minutos de película para cada rodaje. Con esas condiciones, el realizador desarrolló esta mini historia,[...]

Para el programa Chiletcétera, Hugo Arévalo desarrolló esta otra "canción filmada" con Roberto Parra, en lo que es el gran antecedente del videoclip en Chile: Grabaciones en 16 mm, en una jornada, y con un tiempo limitado de unos 20 minutos de película para cada rodaje. Con esas condiciones, el realizador desarrolló esta mini historia, inspirada – en cierta forma- en la letra de la canción "Solo porque soy viejo", el tema del videoclip.

Realizarlo en un bar de la época no era casualidad. El hermano menor  de Violeta, con toda justicia hoy considerado un referente de la música popular chilena, en ese entonces estaba muy lejos de esa categoría. Dice el propio Arévalo: "Él era menospreciado en esa época... Era mirado en menos porque era un "curao", vivía en la periferia de Santiago. No sé si nos hicimos propiamente amigos, pero establecimos una relación bien fluida". Esa amistad fue la base para invitarlo a Chiletcétera, el programa de Canal 13 que dirigía Arévalo, y donde los artistas debían actuar en vivo y presentar una "canción filmada".

Grabaron en un bar en San Pablo con Matucana, que consiguió el propio Roberto, y que era del barrio donde se había establecido la familia Parra cuando llegó del sur en los años 30. La grabación fue totalmente documental (y eso le otorga un valor aun mayor al registro): Sin actores, el propio Roberto bebe en el bar hasta emborracharse, mientras suena la canción "Solo porque soy viejo", la crónica de un hombre que asesina a una ex pareja que lo abandonó por su diferencia de edad.

Las imágenes del bar están alternadas con las del propio Roberto trabajando como albañil, un oficio que él efectivamente desempeñaba por esos años, pero que son sólo parte de la actuación. De hecho, el acto de beber también lo es: "En esa época él estaba "chantado", así que no podíamos echarle trago. Le pusimos Coca Cola. Yo le decía que se hiciera el "curao" cosa que no le costaba nada. Fue fantástico, todo muy espontáneo".

Con los mismos recursos de las experiencias anteriores, cámara a bólex, medio día y editado sin ningún material extra, Arévalo destaca el otro valor de ese registro: "Tiene olor a barrio, a borrachera y muestra un Santiago que se acabó…"

—Jorge Leiva

Actualizado el 31 de julio de 1972
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