Iñigo Díaz

Previamente, Judith Díaz atravesó distintos puntos en la música siendo parte de bandas de punk y metal melódico, hasta explorar en el trip-hop y la electrónica. En 2003 escribió canciones que lograron reconocimiento en festivales populares como “Voces de la cordillera” y “Salvando las estrellas” además de un lugar de avanzada en el festival de composición que lleva el nombre de Luis Advis. Ya con el pseudónimo de Eva y tras editar esos primeros discos en 2004 y 2005, se unió al compositor y guitarrista Pablo Araya para convertirse por un breve lapso en la cantante del grupo pop-rock Lebola.

Así su voz se escucha en el único disco del grupo, Fragilidad (2007), aunque ese mismo año ella dejaría su plaza a una nueva cantante llamada Catalina Ramírez. Pronto abandonaría todos los estilos, e incluso la audición de música, para continuar con su proyecto de Eva en solitario.

En 2008 fue parte del exitoso concurso de televisión “Garage music”, con la canción “La vida es juego” y un año más tarde apareció en el documental de músicos underground emergentes “Sin capital”. Para entonces ya tenía en su catálogo un tercer disco solista titulado Cáliz (2008), que fue producido por el músico del dúo electrónico Marciano, Tec, y masterizado en el estudio por Carlos Cabezas en persona.

Eva selló de este modo una nueva estética de canciones femeninas para un pop de sintetizadores y bases electrónicas. “Súper sexy”, “Sub zero”, “Sin mirar atrás” y sobre todo “Energía en tu mente” (con remezclas adjuntas de Neosónico y Lluvia Ácida) estuvieron entre las más intensas, melódicas y efectivas de su repertorio. En 2009 se unió al compositor y productor electrónico Sokio para la creación de un nuevo disco, ya más dirigido al electropunk para el netlabel Ponk!. Sus trabajos personales la ubicaron referencialmente entre cantantes como la Mónica Rodríguez más feminista, la Muza más rítmica y la Nicole menos pop.