Dorso

Por más de tres décadas y sin interrupciones, Rodrigo Pera Cuadra ha ensamblado en la música de su banda un complemento de composición y sonido, con historias y leyendas de origen mitológico, sueños de horror cósmico, mucha sangre, lo bizarro y lo absurdo, lo extremo en todo sentido, el cine gore, los maestros de la ciencia ficción H. P. Lovecraft y Edgar Allan Poe y antípodas musicales como las de las bandas de thrash-metal Cannibal Corpse y rock progresivo Genesis, dos de sus inspiraciones artísticas.

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Años

Santiago, 1984 -

Región de origen

Metropolitana de Santiago

Décadas

1980 |1990 |2000 |2010 |2020 |

Géneros

Dorso

Integrantes

Rodrigo Pera Cuadra, voz, bajo y teclados (1984 - ).
Gamal Eltit, guitarra (1984 - 1991 / 2001 - ).
Jaime Palma, batería (1984 - 1989).
Álvaro Cuadra, guitarra (1986).
Rafael Alfaro, batería (1989).
Juan Coderch, batería (1989).
Eduardo Topelberg, batería (1989 - 1991).
Álvaro Soms, guitarra (1991 - ).
Marcelo Naves, batería (1991 - 2008).
Fran Muñoz, batería (2008 - ).

Ernesto Bustos B.

Entre comunas
Hacia 1984 Dorso hacía sus primeras presentaciones en el capitalino Gimnasio Manuel Plaza, en la comuna de Ñuñoa. Todos esos shows aportaban elementos novedosos: máscaras, covers y homenajes en lo que algunos llamaron un «engendro cósmico-metalero». A Pera Cuadra se sumaban en esa primera etapa los hermanos Mauricio y Marcelo Castillo (guitarra y batería), Gonzalo Lara (batería) y Bernardo Riquelme (percusión), formación cambiante de ahí a futuro. Las canciones "Expelido del vientre", "Parajes de lo desconocido" y "Fantasías del bosque" representaron el primer intento musical del grupo, registradas en su primer demo, de 1985, Parajes de lo desconocido. Dos años después, el disco Guerra de criaturas fue registrado y distribuido de modo semiprofesional entre los seguidores del trío, integrado ya por Cuadra, Yamal Eltit (guitarra) y Jaime Palma (batería).

La escena metalera chilena de los años ochenta iba y venía entre dos reductos emblemáticos, con sus respectivas audiencias. En el Gimnasio Manuel Plaza había una oferta más acomodada, de fácil acceso para los fans del barrio alto. A la Sala Lautaro, en cambio, ubicada en calle Euclidez, a la entrada de Gran Avenida (San Miguel), llegaban los jóvenes del sector sur de la ciudad, tierra fértil para el cultivo de buenas bandas y muchos seguidores del thrash-metal. Dorso iba entre una y otra con completa comodidad, así como al Gimnasio Nataniel, en pleno centro.

Andante gore
Cuadra manifestó siempre una inquietud musical que, además del metal extremo, acogía a clásicos del rock progresivo. Bandas como King Crimson, los primeros Genesis, Rush y Yes fueron referencia para los discos Bajo una luna cámbrica (1989) y el conceptual Romance (1991), en los que Dorso abordó conceptos como la brujería, el amor y el ocultismo. Esas publicaciones pusieron en tensión la formación de la banda. Eltit y el baterista Eduardo Topelberg optaron por renunciar al proyecto, y Pera quedó ante la incertidumbre de su disolución definitiva.

Hasta el momento, Dorso funcionaba como trío, con Eltit en guitarras, Eduardo Topelberg en batería (en reemplazo de Jaime Palma) y el propio Cuadra en bajo y voz. Tras la edición de Romance surgieron las primeras diferencias al interior de la banda. Esto originó el alejamiento de Eltit y Topelberg, lo que dejó a Rodrigo Cuadra con la incertidumbre de dar o no dar continuidad al grupo. Entre especulaciones —llegó a hablarse de que Cuadra se haría cura o que giraría radicalmente hacia el thrash-tecno— se cerró una etapa y comenzó otra. Llegaron al grupo el baterista Marcelo Naves (ex Nimrod) y el guitarrista Álvaro Soms. Juntos trabajarían el disco más metalero hecho por el trío a la fecha: El espanto surge de la tumba (1993) insistió en elementos del jazz y el rock progresivo, pero agregando el gore y el humor negro como nuevos contenidos.

El disco Big monsters aventura (1995) representa cierta continuidad de su antecesor. El clip que le daba nombre al disco tuvo rotación en MTV, y temas como "Gran chango", "Transformed in cocodrile" y "Gracias, oh!, seres de cochayuyo" se volvieron favoritos de los fans. Cruzado el 2000, Dorso siguió con la grabación y publicación de material, en estudio y en vivo (como Lari la live y Unplugged cósmico), e incluso el apoyo al trabajo en una biografía con su historia (Dorso, 30 años. Un experimento méntor, de Fernanda Márquez).

Dorso nunca se ha proyectado como una banda internacional, según palabras de su propio líder, pero lo que la banda ha logrado en su país es ser referente obligado en cualquier recopilación o relato cronológico del metal, como mérito de la demencia creativa e inquieta de Rodrigo Pera Cuadra.

Actualizado el 25 de julio de 2020