Una foto ajada de Isabel Parra con una de sus dos hijas en la plaza Ñuñoa de Santiago, tomada días antes del comienzo de su exilio, es la portada de Ni toda la tierra entera, el libro con el que la cantante y autora chilena practica un minucioso registro del destierro político que vivió durante la dictadura de Pinochet entre 1983 y 1987, destierro generalizado del cual la familia Parra fue uno de los símbolos mayores.
El libro, para cuya elaboración Isabel Parra ganó una beca de la Fundación Guggenheim, es un catastro de las más diversas evidencias: letras de canciones y poemas difundidos o inéditos, fotografías, cartas mecanografiadas y manuscritas, recortes de prensa con noticias y críticas musicales en Europa, afiches de conciertos y facsímiles de documentos, incluidas las notas legales del Ministerio del Interior nacional sobre la prohibición de entrar a Chile. «Ni toda la tierra entera» es también una de las canciones universales que Isabel Parra escribió en la época acerca del exilio, junto con «Corazón, canta y no llores», «Cardenales o gardenias» y «Este presente festín se lo regalo a cualquiera», que figuran compiladas en el CD que acompaña a este libro.