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La mayor antología de la Orquesta Huambaly

El más famoso combo chileno de baile de los años 50 recibe un digno tributo con nada menos que cien de sus grabaciones históricas.

martes 13 de junio de 2006

Funciones diarias en el restaurante “Nuria”, galas en hoteles y hasta viajes de trabajo en cruceros rumbo a Europa sostuvieron durante años la rutina de la Orquesta Huambaly. El conjunto se convirtió en el más prestigiado combo de baile chileno, cuando, en los años 50, las grandes urbes de nuestro país despertaban a la sugerente cadencia del swing, el mambo o el chachachá que llegaba desde el norte del continente.

Su fama no se había correspondido hasta ahora con ediciones musicales a la altura, pero el nuevo disco 100 éxitos inolvidables de la Huambaly (EMI) podría saldar al fin la deuda. El compilado incluye un total de cien grabaciones registradas por el conjunto entre los años 1956 y 1962. Su capacidad de traducir a swing las melodías más diversas se evidencia en títulos como “Arroz con palitos”, “Corazón de melón”, “La blusa azul” y “El bodeguero”. Se incluyen además dos de los temas románticos más populares de su repertorio: “Quémame los ojos” y el bolero “Somos” (de Mario Clavell).

Bajo la dirección de Lucho Kohan, la Huambaly fue una sociedad atrevida para tomar ideas de géneros diversos. La nueva antología, por ejemplo, incluye su peculiar lectura para “Summertime”, de los hermanos Gershwin; y “Tristeza”, una adaptación para el nocturno Op. 10 N°3 de Frederic Chopin.

Su época de mayor éxito se concentró en la década del 50, sobre todo luego de la llegada de Humberto Lozán, el antiguo vocalista de la orquesta de Federico Ojeda. Lozán trabajó con la Huambaly durante siete años, marcando a fuego el sonido de la orquesta con un registro vocal que ha sido considerado el de uno de los primeros y mejores crooners del país.

En la carátula que acompaña esta nueva antología se destaca el peculiar modo de grabación que mantuvo la orquesta en su trabajo de estudio, y que explica su estupendo sonido en disco. Sus grabaciones utilizaban un microfóno para cada instrumento, mientras Humberto Lozán cuidaba de ubicarse en otro extremo del estudio. Durante su tiempo de trabajo para el sello Odeón, su ingeniero de sonido habitual fue Marcos Stuven.

Además de Lozán, otro de los integrantes destacados de su formación fue el baterista Lucho Córdova.

Existen pocas ediciones de música chilena de las características de esta nueva antología. Su extensión se justifica por el valor de su vigente espíritu y sonido.

Para ganar este disco, por gentileza de EMI, haga click aquí.

Equipo musicapopular.cl