Justicia para Víctor Jara
Foto: Antonio Larrea

Justicia para Víctor Jara

Un ex militar chileno es declarado en EE.UU. culpable del asesinato de Víctor Jara: es un avance inédito en el caso y una pregunta pendiente para la justicia chilena.

sábado 2 de julio de 2016

"Lisa y llanamente no voy a ir".

Lo dijo hace más de un año Pedro Pablo Barrientos Núñez, el hombre acusado del asesinato de Víctor Jara, cuando fue localizado en 2015 por un equipo de televisión chileno en Miami, la ciudad donde está radicado. Lisa y llanamente se refería a que no iba a venir a Chile a declarar ante la justicia por el crimen del cantante chileno, asesinado en septiembre de 1973 en el Estadio Chile, actual Estadio Víctor Jara.

Poco más de un año después, ahora hay un par de cambios en la situación. Barrientos Núñez ya no es sólo acusado, sino culpable del homicidio. Y no fue necesario que viniera a Chile, porque ha sido un tribunal federal en EE.UU. el que el pasado lunes 27 de junio lo declaró culpable del crimen de tortura y asesinato de Víctor Jara, tras la demanda civil interpuesta en ese país por la familia del artista.

Barrientos es teniente en retiro del Ejército chileno y fue uno de los militares al mando del Estadio Chile en los días posteriores al golpe de Estado de 1973. Y el reciente fallo es una primera resolución tendiente a reparar la impunidad en que este crimen se ha mantenido desde hace 43 años, condición común por lo demás a miles de otros casos de violaciones a los derechos humanos perpetrados por la dictadura cívico militar de Pinochet. Y en el caso de Víctor Jara es un paso más en el ya largo historial de este proceso.

Por qué en EE.UU.
Pedro Pablo Barrientos Núñez es ahora ciudadano de EE.UU. Vive desde 1990 en ese país, donde se dedica a la compra y venta de autos, e incluso había sido interrogado por el FBI tras un exhorto enviado en 2010 por la justicia chilena como parte de la investigación del caso.

Tres años después de eso, y en esa condición de ciudadano estadounidense, el ex teniente fue objeto en 2013 de la citada demanda civil interpuesta en su contra por la familia de Víctor Jara, formada por la coreógrafa Joan Jara Turner, viuda del artista, y por sus hijas Manuela Bunster Turner y Amanda Jara Turner.

Dicha demanda fue presentada en 2013 por el Centro de Justicia y Responsabilidad –CJA por sus siglas en inglés (Center for Justice & Accountability)–, una organización no gubernamental e internacional con sede en San Francisco, California, dedicada a la persecución de crímenes contra los derechos humanos en el mundo.

El caso recayó en un tribunal federal de Orlando, estado de Florida, donde vive Barrientos Núñez. El 27 de junio, tras dos días de deliberaciones, según el cable de la agencia informativa EFE difundido por diversos medios de prensa, el jurado del tribunal declaró culpable al ex teniente y pidió para él el pago de una compensación por daños y perjuicios de 28 millones de dólares (unos 19 mil millones de pesos chilenos).

Testigos y testimonios
Durante el juicio Pedro Barrientos negó haber conocido a Víctor Jara en 1973 y aseguró que supo de él años después de su muerte. Pero testigos, entre ellos otros ex militares chilenos, afirmaron que él era uno de los militares a cargo del Estadio Chile y dijeron haber presenciado de las torturas a los detenidos por parte de oficiales en los vestuarios del recinto.

En el juicio también declararon Joan Jara y sus hijas. "La familia está muy contenta, y creo que esta era la única acción legal que  tenían a su disposición", dijo la abogada española Almudena Bernabeu, del staff del Center for Justice & Accountability, entrevistada por radio Cooperativa luego del fallo. "Es la primera vez que han estado ante un tribunal y que han tenido la oportunidad de contar qué pasó y cómo vivieron aquellas primeras horas tras la muerte de su padre y su esposo respectivamente. Fue un momento muy especial para la familia y espero que muy especial para Chile".

Extradición, el siguiente paso
La similitud con el proceso de Augusto Pinochet, quien fue capturado en 1998 no por la justicia chilena sino por la británica, es evidente en el caso de Víctor Jara. La condena en EE.UU. de un ex militar chileno como culpable del asesinato es un inédito avance en el caso, pero una pregunta pendiente para la justicia chilena.

El paso siguiente es la extradición de Barrientos, como dijo otra de las abogadas de CJI, Kathy Roberts. "(Es un) Mensaje no sólo a otros perpetradores sino también al Gobierno de EE.UU. para que agilice la extradición a Chile". Y lo corroboró la familia del artista en su declaración oficial por el juicio a Barrientos:

"El caso criminal en Chile sigue su curso y ahora esperamos que Pedro Pablo Barrientos sea extraditado y enfrente la justicia en nuestro país", dijeron Joan Jara y sus hijas. "Aún hay mucho por hacer. Son muchas las personas que fueron asesinadas en el Estadio Chile, hoy Estadio Víctor Jara, y seguiremos en la búsqueda de justicia por todos ellos".

La causa: avances y retrocesos
Parte de los mal llamados "casos emblemáticos" de la represión desencadenada por los militares durante la dictadura de Pinochet, la muerte de Víctor Jara es en efecto uno de los más notorios de esos crímenes, pero comparte con la gran mayoría de las tres mil víctimas similares documentadas en el Informe Rettig el estado de escaso o nulo avance en la investigación judicial.

En los últimos años ha habido progresos y retrocesos, entre el cierre y la posterior reapertura casi inmediata del caso por parte del juez Juan Eduardo Fuentes Belmar en mayo y junio de 2008; el primer procesamiento dictado en la causa, contra el ex conscripto José Adolfo Paredes Márquez, en mayo de 2009; y los interrogatorios al ex comandante en jefe del Ejército, Óscar Izurieta, y al condenado represor Miguel Krassnoff Marchenko, ordenados por el magistrado Fuentes en mayo de 2010.

Declaración clave: un conscripto de la época
Fue en el reportaje transmitido en 2015 por el programa "En la mira", de Chilevisión, conducido por la periodista Macarena Pizarro, donde fue posible ver las primera imágenes de Barrientos.

Entre los testimonios recogidos en ese programa figuraron los de conscriptos enviados en 1973 al Estadio Chile, como el mencionado José Paredes Márquez, quien en 1973 tenía dieciocho años.

El ex conscripto Paredes es quien señaló como autor material del asesinato a Pedro Pablo Barrientos Núñez, entonces teniente de la Escuela de Ingenieros de Tejas Verdes, en San Antonio, y destinado como uno de los oficiales a cargo del estadio.

Localizado por el equipo de "En la mira" en Florida, Barrientos dijo sin embargo desconocer al ex conscripto que lo acusa y alegó inocencia ante las cámaras, pese a lo cual se negó a comparecer ante los tribunales chilenos: "Lisa y llanamente no voy a ir", fue su escueta afirmación.

Cadena de mando: hasta el Ministerio del Interior
La cadena de mando de los responsables del Estadio Chile en septiembre de 1973 es sin embargo un engranaje mucho más complejo.

Según el mismo reportaje televisivo y otras fuentes como el Centro de Investigación Periodística, Ciper, al mando del campo de prisioneros fue puesto en 1973 el comandante César Manríquez Bravo, por orden del general Arturo Viveros, jefe del Comando de Apoyo Logístico y Administrativo (Cae) del Ejército.

Luego entre los oficiales destacados en el lugar figuran los nombres de Nelson Edgardo Haase Mazzei, Rodrigo Rodríguez Fuschloger, Jorge Smith Gumucio, el citado Pedro Pablo Barrientos Núñez y Edwin Dimter Bianchi, este último identificado a menudo con el oficial apodado "El Príncipe".

La línea de mando llega hasta el Ministerio de Defensa, que tras el golpe militar quedó en manos del almirante Patricio Carvajal y del comandante Herman Brady, quienes tenían como subalterno al coronel Sergio Arellano Stark, jefe de la agrupación de combate Santiago Centro.

Arellano Stark, que por lo demás acaba de morir este año sin haber respondido ante la justicia por los crímenes de que fue acusado, era secundado a su vez por oficiales como Pedro Espinoza, Marcelo Moren Brito y Armando Fernández Larios, todos futuros miembros de la comitiva de exterminio conocida como "Caravana de la muerte".

Smith, Dimter, Jofré, Haase, Bethke: los nombres que faltan
Una de las hijas de Víctor Jara expone con rigurosa serenidad el estado de la investigación en otro de los testimonios del reportaje televisivo, con nombres y apellidos.

"En torno a la muerte de Víctor desde hace años aparecen en el proceso seis oficiales del Ejército de Chile. Ellos son Jorge Smith, Edwin Dimter, Raúl Jofré, Nelson Haase, Pedro Barrientos y Luis Ernesto Bethke. Para nosotras ellos son o autores o cómplices o encubridores del horror que ahí se vivió, y en particular de la muerte de Víctor. Así también pensamos que entre ellos hay quienes saben desde dónde vino la orden de asesinar a Víctor Jara".

Nelson Caucoto, abogado de la familia, aporta más antecedentes. "Yo sospecho, y creo que el país también sabe, que esta orden vino desde el Ministerio de Defensa (…). Víctor era un sujeto muy importante para los líderes de la jefatura miitar, y por ahí vino la orden para eliminarlo".

Preguntas sin respuesta
"Quién tiró la bala para Víctor Jara / Nadie nos dio la cara / Ni el que la disparaba / Ni el que las órdenes mandaba", son las primeras líneas de "La bala", una de las canciones del disco La makinita (2010), de Juana Fe, y es una pregunta que recién ahora empieza a ser respondida.

Víctor Jara ya recibió el homenaje multitudinario de un funeral largamente aplazado en 2009. Hoy el Estadio Chile se llama Estadio Víctor Jara y desde el mismo año es un Monumento Nacional para la memoria. Pero más allá de esos símbolos son muchas las preguntas sobre este crimen que siguen sin respuesta después de cuatro décadas. Lo dice el citado abogado Nelson Caucoto, y ni siquiera es preciso citarlo entre comillas porque es un juicio del más elemental sentido común: el Ejército de Chile sabe que el caso de Víctor Jara le va a seguir causando mucho daño como institución, y la única manera en que pueda reivindicarse por la participación de sus miembros en este crimen es entregando la verdad.