La rabia juvenil en "Muérdete la lengua" fue solo el esbozo de una idea que estaba tomando cuerpo en la sensibilidad de una Francisca Valenzuela de 19 años. Ella comenzó a aparecer con canciones pop que aún no vislumbraban un estallido feminista como el que tuvo lugar una década después. De hecho, ni siquiera ella se consideraba feminista entonces, un concepto que no se encontraba bien definido ni difundido. Hablaba más de feminidad que de feminismo, pero como autora adolescente de canciones en este disco debut Francisca Valenzuela ya estaba identificando un camino. Muchas piezas del repertorio más representativo, como "Peces" y como "Dulce", nacieron en su época escolar. Luego tomaron rumbo propio y se convirtieron en especies de himnos de esa furia que hablaba de mujeres maltratadas, neutralizadas y reducidas a funciones instrumentales. A esa frecuencia también se sumarían "Muleta", "Segunda vuelta" y "Las Vegas". Pianista clásica de formación y cantautora que desde su niñez en California escuchó a poderosas voces con piano como Tori Amos o Fiona Apple, Francisca Valenzuela organizó toda su música alrededor del piano, sonido con el que había rondado sola por distintos escenarios hasta que formó la banda de Muérdete la lengua para un álbum que contó con la producción de los hermanos bunkers Francisco y Mauricio Durán. —Iñigo Díaz