El título y la imagen de carátula del primer disco de Santo Barrio presenta la crónica que uno de sus integrantes fundadores, Cristóbal González, plasma en este libro, y que ofrece un recorrido detallado por la formación y desarrollo de ese conjunto nacido en Santiago en 1995. Lo esperable en el trayecto de una banda chilena de éxito está ordenado aquí cronológicamente: el primer acercamiento entre sus integrantes, el despliegue de sus referentes, la consolidación, las primeras grabaciones (en un medio aún dependiente de los sellos multinacionales) y la decisión de la independencia; los sinsabores de la relación con los medios, la amistad con otras bandas (Sandino Rockers, Los Miserables, Fiskales Ad-Hok), las desaveniencias entre sus integrantes, los viajes. El relato del baterista y cantante está en primera persona, y es trasparente en asumir que lo que prima es una mirada personal —«mis recuerdos»— sobre asuntos que competen al grupo completo:
«Vivimos e hicimos cosas muy interesantes, momentos que valía la pena recuperar para dejar registrados —resume González hacia el final del libro—. Y eso he querido hacer: dejar un testimonio y también un registro. Homenajear a nuestros referentes sociales y musicales, así como también a mis compañeros de sueños, proyectos, a las bandas y circuitos en los que participamos. Espero que estas letras estén a la altura de ese objetivo».
Varias imágenes de fotos, afiches y archivos de prensa cierran el libro, que se inscribe dentro del subgénero de biografías de bandas escritas por alguno de sus propios miembros.